Sabe a fruta
la fresca bondad en sus labios
fecundos de vivos anhelos,
que pactan con los míos
ebrios de profano lenguaje.
Van en escalada
hasta donde se bifurcan los confines,
hasta donde se desnudan las debilidades,
hasta donde gimen todos los silencios
al tocar lo más hondo.
Y sin resistencia
me vende su alma
que emerge rebosante
plétora de tibia albura.
la fresca bondad en sus labios
fecundos de vivos anhelos,
que pactan con los míos
ebrios de profano lenguaje.
Van en escalada
hasta donde se bifurcan los confines,
hasta donde se desnudan las debilidades,
hasta donde gimen todos los silencios
al tocar lo más hondo.
Y sin resistencia
me vende su alma
que emerge rebosante
plétora de tibia albura.