Había un instante que anunciaba su llegada, como la noche, siempre sucedía. Cómo?, no lo sabía, era un misterio, pero lo presentía hasta que se hacía corpóreo ante sus ojos para llevarla en un viaje más allá de los sentidos, más allá de todo. Tan lejos como nunca había ido.
En su hipnotismo lo dibujaba, todo su rostro a ojos cerrados. Qué era? una palabra apenas, una voz en su mente, un impulso que la despojaba de todo temor. Tal vez explicarlo carecía de importancia porque vívidamente lo sentía, lo oía. Su voz le pedía, le hacía sentir demasiado. Y su cuerpo no podía fingir, tan solo se entregaba irrenunciablemente.
Existía, sabía que existía al sentir el beso que sellaba cada encuentro y el derrame de humedades por entre sus muslos. Antes de llegar la madrugada el viaje terminaba, pero sabía que no era el último.
Microrelato que forma parte de la propuesta "Hacemos las maletas"
para el blog "Paraíso de Letras" de Ginebra Blonde.
para el blog "Paraíso de Letras" de Ginebra Blonde.