Cuando todo oscurece y las sombras gobiernan, emergiendo de lo oculto en sutil movimiento altera su forma. De negro transparente entre suspiros perfumados sigilosa se desplaza tornándose coqueta y ligera y sobre el lecho se reclina desnudándose en fiereza. La lengua surca la piel multiplicando los espasmos, desarmando los esquemas y al filo del temblor ante los labios que devoran maúlla!.
En las horas azules la llevo mar adentro anclada a mi voluntad, de extremo a extremo se diluye en océanos ante la insistencia del flagelo que la conmueve. Y no hay orillas que contengan el desborde de su corazón, ni hay un por qué cuando los placeres se pagan con el consuelo del dolor, tampoco debilidades cuando la fortaleza se encuentra en la transgresión y las concavidades se vuelven refugios abiertos para ser bendecidos.