lunes, enero 18, 2021

El Baile por Siby.

Lució su mejor atuendo
aquel que la distingue
y se ciñe a su pasión.
Bailó con osadía
brindando sueño y fantasía
y fue romance hecha verso
ante la mirada del León.

© DUlCE


Mi gratitud Siby.
Besos dulces.


PASIÓN


Lista para la fiesta
de disfraces


 
 
 
 
Detrás de mis sueños
estas tú,
León insuperable
traductor oral de mis
gemidos osados,
puerilidad dulce
de mis vigilias,
soy la que se pasea
contigo cada atardecer,
invitándome
al ritual
de tu cortejo,
donde cada noche
eres el líder
de mi ...,
¡ Pasión !

Siby
 

domingo, enero 17, 2021

El Baile por Lunaroja II.

Y acudió al llamado
como acude al de la noche
dispuesta a brillar
como mujer que nada esconde.
Salvaje e insinuante
fue su influjo nocturno
ante el León reinante.

© DUlCE


Mi gratitud Lunaroja.
Besos dulces.


DANZA EN LA NOCHE

Ya estoy lista para entrar al baile anual al que Dulce nos invita.
Esta noche, es especial, y respondiendo a su llamada, y con toda la alegría de disfrutar
de esta noche mágica, traspaso las puertas de sus Dominios.






León rugiente y fiero

Inclina tu cabeza ante la Luna.

El azul de la noche

cubre de reflejos dorados

tu salvaje melena.
 

Soy la mujer de la flor silvestre,

la sencillez de mi ropaje

oculta mi propia oscuridad.

La que de pronto

enciende la furia

y saca su lado salvaje.

Ese,

el que tú, Maestro,

me enseñas.




© LUNAROJA

viernes, enero 15, 2021

El Baile por Ginebra Blonde III.

Vaporosa cruzó la puerta
ataviada de viva ilusión
dispuesta a sentir en alma y piel
el más dulce sueño.
Seducida se dejó llevar
por la mano del misterio
y ante su danza febril se rindió.

© DUlCE


Mi gratitud Querida Gine
Dulces besos cariñosos.

Baile De Máscaras



"El deleite y el buen gusto, 
se muestran un año más, 
de la exquisita y elegante mano 
de Dulce"



Y se abren las puertas de la fantasía y la complicidad; 
danza de piel y alma donde, 
seducidas y encantadas entre máscaras, 
se besan y abrazan las miradas, 
dichosas y complacidas
por tan hermosos detalles 
y tan sublime caballerosidad.


Comienza el baile…


No me costó decidir la tela que cubriría mi piel en tan esperada y deseada invitación… Un vestido de corpiño victoriano, color burdeos de satén, sería la indumentaria perfecta para acudir a aquel baile de máscaras, donde el misterio y la sensualidad reinarían por cada uno de los rincones de aquel castillo en mitad de las montañas, de una recóndita ciudad que no atino a recordar…
Sin embargo, recuerdo la excitación del mismísimo momento en el que puse un pie en aquellas interminables escaleras que me llevarían al umbral, donde una gran puerta de recia madera, con una aldaba con forma de león, me hacía presagiar y desear aún con más fuerza, lo que iba a ser una experiencia inolvidable; mi decisión fue contundente, aun a riesgo de lo que me depararía la “vida” a partir de ese momento…  
La puerta se abrió como llevada por una leve ventisca que acarició mis mejillas, al tiempo que una fuerza extraña me empujó hacia dentro…  
Al sonido de aquel enorme portón cerrándose tras mi espalda, supe que ya no habría marcha atrás; mi pecho, ceñido a mi corpiño y a mi propia excitación, marcaba los latidos de mis pasos caminando hacia el interior…  

Y entonces lo vi… Apareció ante mí con un negro y elegante frack, un sombrero de copa, y un antifaz cubriendo su rostro dejando solo al descubierto su hermosa y perfilada sonrisa…
Extendió y me ofreció su mano enfundada en un guante de blanco algodón, y yo… me dirigí hacia él sumida en una especie de encantamiento que hacía que todo mi cuerpo temblase…

De pronto, estábamos tan cerca que podía sentir su aliento en mi cuello… No habría preliminares; ambos lo deseábamos tras nuestro primer encuentro en aquella antigua cafetería… Supimos que estábamos destinados, y que, para estar juntos el resto de nuestras “vidas”, tendría que hincar sus colmillos en mi tierno y níveo cuello… Aquello solo sería el principio de interminables noches amándonos en exceso y con lujuria…
Lo deseaba con todo mi corazón; ese que iba a dejar de latir para ser eternamente suyo…

Incliné mi cabeza…; y fue entonces cuando sentí ese pequeño mordisco que mi gatita me propinó como casi todas las mañanas.
Esta vez me despertó en lo mejor. En cualquier caso, tenía que levantarme para agradecer la invitación de Dulce, que me había llevado a soñar con Drácula, uno de mis personajes favoritos, y asistir, aunque fuese virtualmente, a su maravilloso baile en el que dejar volar la imaginación…
 
GRACIAS…
 

 
©Ginebra Blonde