Fuente pura,
pozo de gozos divinos,
nada puede negar
el fecundo anhelo
que con viveza en ti palpita.
Eres delirio que invita
a beberte con vehemencia
y a probar de ti
la más cierta pócima
desafiando la asfixia.
Porque eres tú
quien finalmente me devora
y volcánica me quemas
cubriéndome con tu magma
cuando bailas al son
de lo que mis labios te dictan
con cabal destreza.