Cierra los ojos,
aspira hasta lo más hondo,
llénate de este momento
y sigue mi voz que te lleva
en lenta espiral para sentir
el incendio que por mí
se gesta
inflamando tus labios.
Hazme ese deseo
que hiende tus adentros
y se alza con la fortaleza
de aquello que trepida
con ardiente impaciencia,
siendo parte de ti.
Muévete despacio,
abandona tu cuerpo
al afán de mi gobierno,
haré que lo desees muy dentro.