Sabes cuánta sed hay
de la hora temprana que alienta
a calarse de su lluvia
cual savia gloriosa,
porque sabe a tierno frescor
desde un fecundo vergel
de magnos sueños incorruptos.
Sabes cuán intenso es al antojo
que embriaga de tanto anhelo
y se vuelve reto
por destronar lo imposible,
porque sabe a flor perenne
vestida de esperanza
cuando se abren infinitos
entre su pródigo hontanar.