Posible es
todo cuanto habita
en los desconocidos laberintos
de la mente.
Posible el mismo deseo duplicado
sobre un mismo nombre pronunciado,
paraíso y a la vez infierno,
virtud que también es pecado.
Extremos entrelazados
al puntal que funden los labios
adosados
a la recia carne glorificada
en un nexo de lenguas engarzadas.
Haciendo crepitar la lumbre
que solo se extingue
al decretar su sentencia.
Posible es
el clímax en un mantra
al unísono declarado.