lunes, enero 23, 2023

El Baile por Ginebra Blonde V.

Giró la llave con osadía
para cruzar la puerta
ávida de sorpresas,
y entre libros prohibidos
un secreto le fue concedido.

© DUlCE -


Mi gratitud Querida Gine.
Dulces besos cariñosos.



Baile De Máscaras De Dulce (2022)


DULCE SECRETO
 

    Elin, una joven muchacha cuyo nombre vikingo significaba resplandeciente, recibió por sorpresa una invitación para un baile de máscaras de fin de año. No sabía la procedencia ni el motivo de dicha proposición, pero más allá de su timidez y su dulce inocencia irradiando por cada poro de su blanquecina piel, había una mujer aventurera y pasional dispuesta a aceptar cualquier experiencia que la hiciese vibrar; así que, a pesar del misterio que encerraba aquella situación, leyó las indicaciones de la nota que había junto a la tarjeta y, deseosa y excitada, aceptó. 
 
 
    Debía llevar un vestido apropiado para el evento y... de fácil acceso a los recovecos de la piel... Eligió uno de ceñido corpiño anudado a la espalda, y de muy sutiles y finos bordados de oro que jugaban con el propio resplandor de su aterciopelada tez y su dulce mirada hambrienta de vida.  
 
    Cuando traspasó aquella gran puerta de recia madera, supo que el castillo que ahora acogía su presencia, iba a atraparla entre sus innumerables salas y pasillos con suelos alfombrados; entre aquella música que sonaba y acariciaba los sentidos, y entre tantos rostros cubiertos de sugerentes máscaras y esplendorosos trajes.
    
   Un camarero, también con máscara y vestido con frac, le ofreció, sobre una bandeja de plata, una tarjeta proponiéndole un nuevo reto, una copa de champagne y, rodeando a esta, una cinta violeta de la que colgaba una extraña y llamativa llave. Cogió la copa y, apenas se mojó los labios para dar un sorbo, deslizó sus dedos hasta llegar a ella.
 

    Su "apetito" comenzó a aflorar como rocío en primavera…
   Y, como una niña escondiéndose de entre los invitados y las muchas miradas que se cruzaban entre sí, fue dirigiéndose a unas largas y anchas escaleras que, sin ninguna duda, llevaban a una de las puertas que su llave abriría.  
 
    La tercera cerradura que probó fue la que le cedió el paso. Antes de entrar se detuvo para observar y mirar hacia el fondo de aquella estancia con su ya habitual curiosidad, y con ese temor pululando en su estómago y que aún la excitaba más. Lo que había ante sus ojos era una enorme y hermosa biblioteca desprendiendo ese peculiar olor que tanto le gustaba, e invitándola a bailar y sentir entre cada uno de sus libros que parecían esperarla y abrirse para ella.
    Sabía que aquello solo era el principio; el magnífico preludio de lo que iba a ser una velada profundamente intensa…
   Apenas había cruzado la puerta, una voz sutil, pero penetrante, sonó como eco rozando sus sonrojadas mejillas, indicándole que caminara hacia una mesa de basta madera que había al fondo de la biblioteca; 
    y lo hizo… 
    ruborizada y húmeda… 
    pero, lo que ocurrió después…, 
    es otra historia; un secreto… que 
    solo 
    el anfitrión conoce...

 

 
   ©Ginebra Blonde  



Mi más sincero agradecimiento por tan exquisita y elegante invitación, mi querido Dulce. Un placer haber asistido y disfrutado de la velada…
 
Feliz Año para ti y para todos los amigos Blogueros. 
Brindo por todos y cada uno de vosotros 🥂 
¡Nos vemos en enero! 💜


domingo, enero 22, 2023

El Baile por Campirela VI.

Pasional bajo la Luna
se dejó admirar
y buscando la aventura
su llave le abrió
las puertas del goce
de par en par.

© DUlCE -


Muchas gracias Campirela.
Besos dulces.




La Invitación (La llave)

 




LA LLAVE

Un año más mi invitación fue entregada en mano, al abrir el sobre lacrado vi que había algo dentro de él, no tarde en averiguar que se trataba de una nota adicional en la cual indicaba que a la entrada en el hall, tendríamos que elegir una llave y a partir de ahí comenzaría nuestro juego de fin de año.
Me fascino la propuesta, en esta ocasión era nuestra intuición o suerte la que nos depararía una noche inolvidable.
 El rojo fue mi color elegido para mi vestido, me sentía pasional, tal vez esa luna que regía el firmamento me influía demasiado.
Mis hombros los dejé al descubierto, la abertura del vestido en la parte derecha dejaba mi pierna libre para ser admirada, sin llegar a ser demasiado atrevida, lo justo para dejar la mente pensativa si debajo de aquella tela de satén había alguna prenda más.
Al llegar al Castillo del anfitrión, todo era misterioso, hasta las luces del camino con esas antorchas le daban un simbolismo sobre natural, las puertas al contacto con mis tacones se abrieron de par en par, un mayordomo me recogió mi capa negra, al entrar sobre una mesa de mármol blanco había siete cofres abiertos dentro de ellos siete llaves, era curioso todas estaban en su lugar¿Habría sido la primera en llegar?


En ellos no solo estaba la llave, sino al lugar que pertenecían, desde una Biblioteca, pasando por una habitación violeta y un confesionario, además de otras cuatro más.
La duda creció en mí, ante tanta variedad era complicado elegir, tarde más de un minuto en decidirme, elegí la llave que me abría, un mundo de aventuras La llave pertenecía a la biblioteca sin quitarme mis guantes, avance la cogí entre mis manos, en ese instante algo me recorrió por mi espina dorsal.
Durante mi búsqueda a la aventura no vi a nadie, solo oía esa música de piano con sus notas sensuales, sobre la mesa central la gran variedad de viandas dieron el primer placer a mi cuerpo, no pobre nada, pero si tome una copa de los muchos cócteles variados que mis ojos observaban y mi boca deseaba saborear.
Elegí el del color rojo esta noche, tal fuera el presagio de una velada pasional y, que mejor que el rojo inundara mi interior.
Mi búsqueda llegó antes de lo previsto, la puerta  tenia un minúsculo símbolo— Un  libro hecho en relieve   se encontraba en el hall, no dude en abrirla, mis ganas de saber que me acechaba me hicieron que tuviera un pequeño problema al abrirla, nada que no se solucionará, al abrir me sorprendió su luz y el silencio, pero ese olor que embriagaba la sala, los muebles de madera de roble cubrían las paredes.
Una voz sonó desde algún lugar ...
Adelante has elegido la llave que te hará volar a cualquier lugar
Es lo que he venido a buscar, la aventura que me haga elevar tan alto que tarde un año de regresar a poner los pies otra vez sobre el asfalto de la ciudad.
¡Tus miras son muy elevadas! tal vez tengas que ayudarme a que eso que deseas llegue a suceder.
Estoy segura, que así será, un caballero siempre ha de complacer a su dama
Pues si así lo crees, no seré yo quien no ponga interés.
La voz dejó de sonar, en su lugar una melodía comenzó a sonar, la luz se fue haciendo más tenue, sentí unas manos sobre mis hombros descubiertos, ellas estaban calientes y su aroma penetró en mí como por arte de magia, sus labios carnosos seguían el curso de mi cuello, no llegaban a tocarme, pero si a acariciarme, sus manos se aferraron a mi cintura y por primera vez sentí su cuerpo tras de mí.
No me atreví a girarme, quería seguir en esa posición, él detrás cada más excitado, oler su aroma me embriagaba, sentir su entrepierna me hacía vibrar, solo giré sobre mí al son de aquella melodía.
Nuestros testigos fieles eran los volúmenes que había en esas estanterías, cada uno de ellos me transmitía que movimientos iba a realizar, y así fue como sin darme cuenta sus ágiles dedos desabrocharon mi vestido cayendo al suelo, allí estaba desnuda con mis tacones, guantes y mi máscara, y él contemplado mi figura.
La velada transcurrió como en una nube, el acto realizado no fue un sexo tradicional, fue algo más sublime, algo más mágico, fueron dos almas uniéndose en el placer supremo, esa noche de fin de año jamás la he de olvidar, no solo las letras danzaron en esa sala, mi cuerpo fue como una espada afilada  dando el estoque final, mil orgasmos saltaron y en cada uno de ellos mis gemidos se incrustaron en ese libro abierto en blanco que presidía nuestra gran aventura de pasión.

Campirela_


PD. Gracias siempre Dulce, por esta invitación que cada fin de Año es un placer asistir.
Mis mejores de deseos para ti , y todo aquel que se acerque por esta ventana de ilusión e imaginación.

jueves, enero 19, 2023

El Baile por Cora IV.

De roja seda vistió su ilusión
y con el corazón palpitante
llegó al Salón,
su llave fue una mirada
que hacía un secreto baile la llevó.

- © DUlCE -


Mi Gratitud Mi Corita.
Besos siempre dulces.



La invitación




Como todos los años, recibí en mano, la invitación para el Baile de Fin de Año (esta vez con una llave dentro)


Ese día llovía, el viento sacudía los bucles de mi cabello azabache.
Iba ataviada con un vestido rojo de seda, el cual hacía intuir las formas de mi cuerpo tonificado.
En el recorrido, pasé por muchas calles, en un local olía a café recién molido, así que hice un descanso y entré...

Frente a mi mesa se sentaba un hombre, muy bien vestido, mirada penetrante, profunda, así que fue inevitable retener mis ojos junto a los suyos.
Sentía como si me desnudara, con codicia... no pude evitar morderme el labio inferior. 



El estremecimiento en mí... era irrefrenable, mi dermis se erizaba, mi espalda se arqueaba, apretaba mis muslos, sintiendo lo más íntimo germinar. 
Fue increíble como logró en unos minutos sin tocarme, en la distancia, que brotaran todas esas sensaciones y emociones, desde mi interior.

Se acercó a la barra y con un gesto cómplice me miró y se marchó  

Cuando fui a pagar, mi café ya estaba pagado, la sorpresa es que me dejó una nota,
con su número de teléfono y un escrito (lo guardé, para después del baile)  

Salí del local y un taxi me llevó al castillo.
Hacía frío en el salón, o yo... que iba semidesnuda (guardo los detalles) pues se transparentaba todo, bajo mi vestido.

Las damas presentes portaban su máscara, bailaban entre la multitud.
Me quedé discretamente retirada al lado de un ventanal, con una copa en la mano observando y aún soñando, con lo que de mí se había adueñado.

La música cesó, se personó el anfitrión, engalanado, con sombrero de copa... y un cetro en su mano.     

Al tiempo la música volvió a sonar ·saludaba a todas sus invitadas) 
Él también llevaba su máscara... al momento se la retiró y ví esos ojos... de aquella cafetería.
No podía ser (me preguntaba) ... o me había confundido de baile o algo me habían puesto en la bebida.

Acercó su boca a la caracola de mi oído, le dí mi llave y de su dulce aliento, algo me susurró...

Ahora todo cobró sentido.

El final, solo lo sabemos, el Caballero con su sombrero de copa y yo...  

(Cora)