El caso de la llave secreta.
El caso de la llave secreta.
La detective Wendy Webster, estaba en la oficina cuando el cartero toco a la puerta, para entregarle una carta certificada.
La carta venía lacrada con un sello de color rojo, el remitente tenía el nombre del señor Galán Nocturno.
En la misiva ponía que invitaba a la señorita Wendy Webster para hacerle una consulta sobre uno de sus antepasados de su mansión. En la carta decía lo siguiente.
Estimada señorita Wendy Webster me pongo en contacto con usted para pedirle por favor que venga a mi mansión para poder hablar de un asunto referente a una extraña carta que encontré, en la biblioteca donde mi padre solía leer el periódico y tomar el Té.
En la carta, me cuenta que esta llave esclarecerá el misterioso pasado de mi familia y el mío propio, he buscado por toda la mansión y esta llave no abre ninguna puerta de la casa.
Estoy a la espera de que usted pueda atender cuanto antes mi petición.
Atte. Galán Nocturno.
Rogaba total discreción, Ya que él era la comidilla de la alta sociedad.
Wendy, después de leer la carta, y ver que no se trataba de un trabajo normal, puesto que no había víctimas de por medio, hablo con Blanxart y le expuso el caso.
— No te preocupes Wendy, mi caso está casi cerrado, ̶ le dijo Blanxart.
— Puedes ir a visitar a tu nuevo cliente, si te necesito te llamaré al móvil.
Esta se alegró por la noticia.
A la mañana siguiente, se presentó en la mansión.
A primera vista, cuando Wendy bajo de su coche un Mini-cooper.
De color blanco y negros a cuadros, se quedó impresionada por lo grande que era para un hombre solo y el servicio.
Cuando se acercó a la puerta una hermosa cabeza de león, era el timbre de la puerta, la cogió, toco dos veces, el ruido resonó en un ambiente silencioso y tranquilo.
De pronto un mayordomo abrió la puerta, y le dijo — ¿Usted tiene que ser la señorita Wendy Webster verdad? Entré por favor, el señor la está esperando en el salón, sígame por favor.
—Gracias, es usted muy amable. ̶ Le dijo Wendy al mayordomo.
Una vez dentro, un hombre de pelo cano de 48 años, bien parecido, alto, ojos negros, semblante agradable, se le acercó acompañado con un bastón con una empuñadura de plata maciza y que curiosamente era la cabeza de un león, era como el mismo que había visto en la puerta de la entrada de la mansión.
Tomaron asiento en un gran salón donde había una chimenea de leña, el crepitar del fuego y el calor, hacían de la estancia una sensación de bienestar, se sentó en un sillón de cuero negro orejero.
Enfrente se sentó él, este le ofreció algo para beber, café o té.
Wendy le sonrío y le pidió un poco café con un vaso de agua, hizo sonar una campanilla, cuando al momento llegó un criado.
— ¿Lucas, por favor puedes traernos dos cafés con dos vasos de agua?
— Enseguida señor, ahora mismo vengo.
Mientras esperaban a que les trajesen los cafés, él le comento lo que previamente le había escrito en la carta y le mostró la carta que había encontrado en la biblioteca junto con la extraña llave.
— ¿Y dice usted, qué esta llave no abre ninguna de las puertas de la mansión? Le pregunto Wendy.
— Así es, no sé de dónde puede ser ̶ le dijo el hombre.
— ¿Pues tendremos que investigar, para poder esclarecer el misterio de esta extraña llave, a ver dónde no lleva, no cree usted?
— ¡Por favor!, no me llame de usted que me hace parecer viejo, llámeme Dulciano, … Dulce para los amigos.
— ¡Ok!, En ese caso le llamaré Dulce que me gusta más.
Una vez que se tomaron el café, Dulce la llevo a de tour para que viese su señorial y majestuosa mansión.
Llegaron al gran salón donde, todos los años, celebra el famoso baile de máscaras, donde se dan cita lo más exclusivo y cool de la alta sociedad blogueril.
Entraron en varias salas diferentes, en una de ella era la habitación violeta.
Wendy le pregunto si podía pasar a verla, Dulce con un gesto de negación le dijo que esa era la habitación exclusiva para él, era donde suele guardar sus trofeos.
Wendy no le dio mayor importancia, y siguieron con la visita.
Cuando de pronto, en otro salón que parecía de armas medievales, Wendy vio, el escudo de armas, y le pregunto si era ese el cuadro Heráldico de su familia.
— ¡Sí!, dijo Dulce, es el de mis antepasados, pero jamás le presté mucha atención.
El cuadro era * “Gules con una estrella de oro ornamentada con águila de sable cebo y coronada de gules”
En una de las paredes había un gran tapiz, donde se podía ver un gran paisaje con árboles y flores, era una típica mañana de caza con podencos y galgos a la caza de un zorro.
Wendy se acercó un poco más para verlo mejor, cuando paso la mano para ver la suavidad del tejido, cuando de pronto su mano se hundió en una especie de agujero, está quito la mano, y miro detrás del tapiz, y vio una puerta secreta.
Dulce se asombró al ver la puerta ante sí, saco la llave que llevaba en el bolsillo y la introdujo en la puerta y esta se abrió, entraron en un largo pasillo donde, a unos centímetros de sus cabezas, había una antorcha apagada, ya que no disponía de luz eléctrica.
Prendieron la antorcha para poder ver, y fueron caminando hasta que llegaron a una escalera de caracol que iba hacia abajo.
Vieron otra antorcha, y también la prendieron, poco a poco aquella escalera fue iluminándose más y se podía ver mejor, entraron en el primer piso de aquella especie de sótano, la misma llave abría una puerta que había allí, entraron y lo que vieron fue una especie de sala de torturas, había cadenas con grilletes, látigos una especie de columpio, un pequeño altar de velas cintas de raso negro y rojas etc.
Unas máscaras de cuero o seda negras, esposas antiguas, pero lo que más le llamo la atención a Wendy fue un cinturón de castidad.
En una repisa llena de papeles y libros encontró unos bocetos de unas escenas subidas de tono sexual, Wendy al verlas se ruborizó un poco y carraspeó, ya que lo que vio no lo había visto ni en el más famoso libro del * Kama Sutra de Vatsiaiana escritor Indio.
Dulce al verle la cara, le pregunto.
— ¿Se encuentra usted bien, señorita Wendy? ̶ le dijo Dulce.
— ¡Sí, sí! Lo que pasa es que no me esperaba ver estos dibujos, Wendy se los pasó para que él los pudiese ver, este también se puso colorado por un momento, los dos sonrieron al unísono.
Entre los libros que había en una estantería, Wendy vio lo que parecía un pergamino y una carpeta marrón atada con un lazo rojo.
Esta se lo enseño a Dulce, abrieron el pergamino y en él se vio un gran árbol genealógico.
El árbol se ramificaba en varias ramas que estas a su vez se ramificaban en otras ramas.
La primera rama se dividía en dos ramales.
*1º era el nacimiento de un tal Donatien Alphonse Françis de Sade (2 de junio 1740 Reino de Francia)
Y la Segunda rama era su esposa Doña Renée Pélagie de Sade (Francia, 2 de diciembre de 1741). El matrimonio tuvo tres hijos y así las ramas se fueron extendiendo hasta nuestros días.
Una vez, que Dulce y Wendy hablaron sobre este extraordinario hallazgo, miraron la carta que escribió su abuelo, puesto que su abuelo tuvo solo un hijo y este, a su vez, tuvo al último descendiente que era el Dulce.
Siendo que el primer apellido en varón nunca se pierde.
Y siendo Dulce hijo único y soltero, el legado del Marqués de Sade moriría con él.
En la carta escrita por la mano del su abuelo, en ella le contaba que él sería un Hombre famoso por siglos, y que también tendría detractores, por envidias y celos.
Y que al igual que sus antepasados, tendría una parte oscura, libertina y viciosa.
Que todas las posesiones que tenía no las podría vender, solo podría disfrutarlas en usufructos, ya que una vez que falleciera, pasarían al patrimonio del estado, puesto que en su día fue un regalo del rey de Francia.
Una vez aclarado dicho misterio, Dulce sabía de donde venía y cuál era su escudo de armas, ahora Dulce se proclamaba el nuevo Galán Nocturno Marqués de Sade.
Fin.
Pd: Todos los signos con asteriscos de color rojo y el cuadro heráldico son Información sacada de Wikipedia.
Este relato es un homenaje a mi buen amigo Bloguero Dulce que en su día nos propuso hacer un relato sobre una llave secreta y en su día yo no pude.
Así que hoy que las musas están de mi parte, me inspire en un gran Marqués.
Para mi Galán Nocturno, que espero y deseo que le guste.
Y ya de paso os deseo a todos un feliz fin de semana, besos y cariños de vuestra amiga flor.