Te invoco
al extinguirse las estrellas
para que hagas acto de presencia
y a voluntad te muevas
en la sinuosa ruta
de las sensaciones perversas.
Donde los hechos más oscuros
se hacen de lo íntimo
férreos aliados
y el espíritu más puro se inclina
ante serviles placeres.
Manifiéstate
poseyendo mis actos
enzarzados con tus favores
y permite el total atrevimiento
al besar el espíritu elevado
de mi cuerpo.