De Sol
es su imperio genuino,
naciente y fértil
cuando el verso traspasa
la dimensión de todo espejismo.
Blanca margarita
de abanicados pétalos finos
con boreal esplendor
que ante el ruiseñor
no pasa desapercibido.
Ni su voz,
río manso cristalino
que aquieta y silencia al ruido,
elevándola desprendida
de toda fatuidad.