En los húmedos cantos
que residen entre pliegues
se expande su sonrisa
dando la bienvenida
a mi tacto gentil que abre
los postigos de sus defensas.
Solícita me cobija
contrayéndose ante mis favores
que pide, que clama
con urgencia necesaria
desde sus entrañas,
sollozantes al ser profanadas.