Gobierna sobre la cima
como flor de acanto que se alza
desde el fuerte tallo que la fecunda
con sus pétalos abiertos al sol.
La ensalzo entre palabras
con la mirada hacia lo alto
inmerso en la oscilación
de su imperativa agitación.
Va creando remolinos
de insaciables espirales
convertida en una mantis
que consume hasta el último aliento.
Y la impulso a crecer
alcanzando la cúspide,
porque seré la tierra
donde derramará sus mieles.