Una hora más,
una hora menos,
un ajuste en el tiempo
para derribar distancias
y aunar presencias.
Cronología indefinida
entre lo aleatorio y lo inequívoco,
dos extremos fusionados
con ella como epicentro.
Una métrica exacta
de los sentidos
donde experimento su poder
de elevar en un segundo
el anhelo de mi carne
por la suya.
Lo único que nos separa
es el tacto a destiempo
de nuestros cuerpos.
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para la convocatoria semanal "Un jueves, un relato".
Dulce me gusto el final: "Lo único que nos separa ese el tacto a destiempo de nuestros cuerpos", que lindo.
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