miércoles, febrero 02, 2022

El Baile por Flor.

Enfundada en látex
y encendida en llamas llegó al Salón
para desplegar seductoramente
el abanico de su imaginación

- © DUlCE -


Mi gratitud Flor.
Besos dulces.



El autómata... (Baile de Máscaras)

                            La foto es de es de Aquí

       El autómata….

 

La redactora jefe de mi periódico “Chafardero News”  me asigno una nueva columna en la sección de papel cuche, averiguar que había de cierto en lo que se rumoraba en los círculos de la alta sociedad.

Se decía, había llegado a la ciudad, el último soltero de oro.

Al  que algunos envidiosos, le pusieron de apodo "El Galán Nocturno"

Por el alto nivel intelectual, su buen gusto a la hora de celebrar sus fiestas

El buen gusto que tenía a la hora de escoger a sus invitados, puesto que eran muy pocos los afortunado/as que acudían a su fiesta si no eran con una invitación personificada e intransferible, allí se daban cita todo lo mejor de la alta sociedad en el mundo blogueril.

Mi redactora jefe, me prometió que si me “Colaba” en su fiesta, esta me pagaría unas vacaciones de un mes en un hotel de cinco estrellas en cualquier lugar del mundo.

A lo que yo acepte encantada, ahora solo me faltaba encontrar quién me pudiese regalar una de esas entradas , hice una llamada y después de más de 30 minutos hablando ,por teléfono al fin conseguí esa entrada , no sin antes prometerle una cena al que me iba a dar la invitación.

A la mañana siguiente, con la tarde libre me fui de compras y como lo que vi no me gusto, pensé  que como la fiesta era de un Baile de Máscaras, que mejor disfraz  que ir vestida con un traje de látex brillante negro y una máscara de gata salvaje …. Era la mítica “Cat woman” como complementos llevaba un látigo negro y una bufanda de lana.

Llegado el día de la fiesta, el castillo se encontraba a las afueras de la ciudad, con cámaras de seguridad y vigilantes con pistolas, tanto a la entrada del castillo como dentro de él, puesto que era una propiedad privada.

La fiesta empezaba, unos minutos antes de dar las últimas campanadas de año nuevo, a mi llegada me pidieron la invitación,  la enseñe y con un gesto de mano, me dejaron pasar…. Llegue y aparque mi “burra de dos ruedas”  y subí la escalinata, cuando un guardia de seguridad con cara de frío me miro, y me abrió la puerta, y mientras le daba las gracias por abrirme la puerta le dije: —— ¡¡Mantenme, caliente la bufanda, hasta que salga!!  Le di un cálido beso  , con olor fresa ácida en la mejilla, el pobre se puso rojo como un tomate, mientras sonreía tímidamente.                 


Entre en el gran salón,  y estaba todo muy bien decorado con música suave de fondo, las luces eran las adecuadas para ese evento, vi muchas caras conocidas,  que me saludaron cordialmente, hubo algunos corros que murmuraba sobre mi manera de ir vestida para ese evento, de una de las mesas por suerte encontré un abanico perdido o que no tenía dueño, de color negro, lo cogí y mientras lo entre abrí para abanicarme. 

A lo lejos vi llegar al anfitrión de la fiesta  , se presentó ante mí con el nombre de “Galán nocturno”  mi primera impresión al verlo, fue buena era un hombre bien parecido, elegante , el perfume que llevaba era ligero pero envolvente , era  "Dior Sauvage", de Johnny Deep , educado con un buen don de conversación en todos los ámbitos, política, educación, religión , historia, cocina, deportes, etc…

Su aspecto físico , me llamo mucho la atención era de pelo cano , alto , con ojos verdes esmeralda , de complexión fuerte , en temas de la edad yo creo que rondaba los 55 a 59 años , como dirían la “niñatas” de hoy día , esos eran los nuevo 30 de los Milenials.

Me invito a hacer un pequeño “Tour” por todas las estancias de su castillo , llegando a una parte del castillo , donde había una gran puerta que estaba custodia , por una gran y bella cabeza de león , le pregunte qué es lo que había al otro lado de la puerta , a lo que él me dijo :— Aquí , están mis dominios , yo lo mire y con una picara mirada , y un dulce guiño de ojo , y un  dulce ronroneo , pasando sutilmente , mi látigo como si fuese la cola de gata , este se sorprendió por un momento , saco las llaves de uno de sus bolsillos de frac  y abrió la gran puerta , después de entrar me dijo : —Después de lo que veas aquí tendré que matarte, eso sí, ¡¡ dulcemente!! Nos miramos los dos, y nos reímos amigablemente, pasamos por varias habitaciones, llegamos a una que era la habitación “Violeta”   le dije que  si podíamos ver esta, a lo que él contesto con un rotundo “no” ese era la habitación donde guardaba sus trofeos, sus perversos juguetes  y regalitos de sus queridas musas y admiradoras, por un momento pensé en lo afortunadas que fueron ellas de ser sus “50  Sombras de Grey”.

Una vez , que el tour , termino salimos al gran salón con los demás invitados , jugamos a las cartas , al póker , al escondite , bailamos , picamos algo de comida y bebida , hasta que se nos hizo de día , si tengo que ser sincera ,disfrute mucho de esa noche tan especial.

Nos despedimos con un cálido abrazo y un tierno beso en la mejilla, y le dije: — Lo he pasado muy bien, en tu fiesta, eres un tío genial, no lo dudes que nos volveremos a ver de nuevo.

En otro lado del castillo, una puerta se abrió  y entro el anfitrión de la fiesta cuando le dijo al señor de la casa: —— ¡¡ Señor!! La fiesta a sido todo un éxito como todos los años, las invitadas se han marchado todas felices y satisfechas, — ¡Bien, Alexander! ya puedes retirarte a tus aposentos, hasta nueva orden! Este salió de la habitación, y se fue a su cuarto a descansar abrió la puerta y en una de las paredes había como una pequeña plataforma, se subió a ella y sus ojos se cerraron.

Y en una pantalla  digital que tenía integrada la plataforma, salió un cartel que ponía “Cargando batería 33%”

Mientras salía del castillo, como le dije al portero de la puerta me devolvió la bufanda caliente, me despedí con un gesto de saludo como hacen los capitanes del ejército, mientras me alejaba del castillo, pude ver por uno de los espejos de la moto, en de los balcones del castillo, a un señor mayor sentado en una silla de ruedas tapado con una manta de lana de cuadros azules y negros diciéndome adiós con la mano.

 

                                             Fin.  


Gracias amigo Dulce , por tu bella invitación  al baile de máscaras 2022.

 

 Pd; Tanto la foto de la moto Ghost rider como la de Cat Woman , pertenecen a la red.

Espero que a mi Dulce Galán Nocturno , le guste este homenaje que esta hecho con todo mi cariño y aprecio , y que a sido todo un honor asistir un año más a su baile de Máscaras , os deseo una feliz noche , besos de flor.

© Flor                                                                

lunes, enero 31, 2022

El Baile por Sandra III.

Con el impulso vibrante de la emoción
fue atraída por la curiosidad
que vestida de tentación
dulcemente la hizo soñar.

 - © DUlCE -


Mi gratitud Sandra.
Besos dulces.


BAILE DE MASCARAS 2021







La tarde está de fiesta en Monterrey Nuevo León, a llegado la invitación al BAILE DE MASCARAS que cada año organiza mi amigo DULCE, esta vez ya tengo todo preparado para llegar puntual.






El cochero conduce el carruaje veloz por el camino para llevarme a vivir momentos inolvidables y mi vestido de encaje negro lo acaricia el viento mientras voy con el alma llena de curiosidad a recorrer cada rincón del castillo donde se que encontraré fantasía, magia y sensualidad.


Después de tan largo viaje he llegado, el castillo está iluminado en su totalidad, mi corazón palpitante, la emoción a flor de piel, apresurada me dirijo a la puerta luciendo mi mascara y con el abanico en la mano izquierda, mi amigo DULCE elegantemente vestido me recibe y como todo un caballero me conduce al salón donde hermosas mujeres sonríen, todas luciendo sus mascaras y abanicos están vestidas con elegancia, seductoras unas, otras atrevidas, he descubierto a algunas amigas tras su mascara, les sonrío y con el abanico aun en la mano izquierda le doy las gracias a mi amigo DULCE por la invitación y tan cálido recibimiento y me voy a un lado de la escalera.


Con una copa de vino en la mano veo a la alegría bailar con la sensualidad, sonríe la tentación en el candelabro del techo guiñándome un ojo, la curiosidad me seduce, dejo mi copa vacía en una hermosa mesita de fina madera antigua y subo por las escaleras cubiertas de terciopelo, abro la primera puerta que veo y me encuentro con EL OTRO LADO DE LA DULZURA donde cerrando los ojos me atrevo a sentir, después en el CONFESIONARIO, se que todo quedará en secreto de confesión, en el DOLL ROOM, hermosas mujeres disfrutan de fantásticos placeres, me detengo un rato en las GALERIAS para luego pasar a la HABITACION AUDIOVISUAL y en la HABITACION VIOLETA doy rienda suelta a la imaginación, en la BIBLIOTECA tomo un libro sobre LA ORDEN DEL LEON, pensando en comunicárselo a mi amigo DULCEbajo de nuevo al salón donde mi amigo DULCE baila con sus invitadas, cuando me descubre su mirada, aprieto el libro contra mi pecho, bajo la cabeza y me pongo a mirar los dibujos de mi abanico.


 La alegría continua,  la música seduce mi alma, la madrugada me invitaba a soñar, a vivir intensas emociones y sonriendo me voy a un rincón iluminado por un hermoso candelabro de oro para seguir brindando por estar aquí, en los dominios de tan DULCE caballero y levantando mi copa brindo por un año mejor y le deseo todo lo mejor del mundo a mi amigo DULCE mientras apoyo mi abanico sobre mi corazón y suspiro.....


*


Gracias amigo DULCE por tan gratos momentos. 
Gracias por estar siempre presente. 
Gracias por la invitación a soñar en fantasía.

sábado, enero 29, 2022

El Baile por Albada IV.

Trazó sus ligeros pasos
siguiendo la estela de un perfume
y agitando su abanico de plumas
conquistó a los invitados.

 - © DUlCE -

 
Mi gratitud Albada.
Un beso dulce.



Baile con abanico, para Dulce



Baile de salón, de Dulce

La invitación era sucinta, minimalista y franca. Se ruega asista con un abanico. Sólo un abanico me parecía poca prenda, y de nulo abrigo para estas fechas de fin de año, así que, una vez escogido el complemento, (me decanté por uno de plumas, con un cierto aire egipcio), sólo me quedaba elegir mi atuendo.

No quise usar más color que el negro, que, bajo el tono azulado de mi abanico, luciría sin quitar esplendor al propio abanico. Era entallado, con una falda de sirena y un escote palabra de honor. Me embutí unas medias de rejilla y elegí unos zapatos de salón. Me maquillé lo justo para engalanar mi mirada azul y mis labios frambuesa. No soporto ese aspecto de meretriz de algunas mujeres que confunden la evocación y la intriga con un erotismo de saldo.

A las diez, hora elegida para iniciar el encuentro del baile de fin de año, estaba en la puerta del castillo.  El anfitrión llevaba antifaz con lentejuelas rojas y negras, y un abanico muy varonil. Nos besamos las mejillas. Su aroma era a musgo y almizcle, un perfume denso que quedó sobrevolando por mi cuello, y que, en mi afán por oler mi propio perfume afrutado intenté disolver, o atenuar con movimientos enérgicos de mi abanico.  

El ponche estaba exquisito, y las delicatessen las encontré muy acertadas. Poco que ver con esos bombones de anuncio en casa de un embajador. El anfitrión iba y venía, agasajando a todos, con esa caballerosidad y hospitalidad que le caracteriza. Se paseaba por la sala, si bien dejé de verle un buen rato, tal vez tras una puerta que traspasó con la mujer de blanco y abanico japonés.

Otro caballero llevaba el mismo perfume, denso, y que quedó flotando cuando me entretuvo con unas anécdotas muy divertidas de su periplo en un viaje fotográfico por el Serengueti.

Yo abría mi abanico completamente, dejándolo a la vista, y con él me abanicaba cerca de la mejilla, por líbrame un poco del aroma, pero él seguía con su cháchara sin atender a mi vano intento porque se percatase de que prefería estar sola, pero no hubo manera. Cansada, con dolor en un juanete, y sin saber cómo deshacerme del tipo del antifaz negro y abanico rojo, me escabullí. Sin despedirme de nadie, llamé a un Uber y regresé a casa. Al día siguiente me llamaba alguien que dijo llamarse Daniel. Yo tenía que recordarle, según él.

─ Sí mujer, que te hablé del Serengueti.

Dios, me dije, el pesado. No pude oler su perfume, lo que me tranquilizó un poco.

─ Estoy loco por volverte a ver. Con tu abanico dejaste claro que te atraigo, y quiero que sepas que tú a mí me atraes muchísimo.

─ Caray, no sé qué decirte, no tenía conciencia de enviarte mensaje alguno. 

─ Eras la mujer más elegante e interesante de la velada. ¿Podríamos quedar? ─ remató─.

Reflexioné un instante. Salvo su perfume, me gustó mucho, sobre todo su voz y su sentido del humor.

─ Con una condición, te veré si acudes sin colonia alguna.

De eso hace cinco años. Sin perfume ni abanicos, hemos construido nuestro paraíso, en el Serengueti. 

© Albada Dos