miércoles, febrero 01, 2023

El Baile por Milena III.

Como una fiera pantera
se vistió para bailar,
a un bosque encantado
su llave le hizo viajar
y allí la magnolia más pura
le otorgó la más dulce fortuna.

© DUlCE -


Mi Gratitud Milena.
Besos dulces.
 

Crónica del Baile de máscaras de Dulce

 


¡Llegó la invitación! 

Esta vez nada de disfraces 

-recordaréis que el de grulla del año pasado resultó realmente impactante

aunque nada que envidiar al fabuloso vestido rojo que llevé esta vez, sandalias a tono y mi preciosa máscara de pantera para disfrutar de la fiesta más espectacular del año. 






Llegué puntual, y como siempre, Dulce, más guapo que nunca, con maravillosa máscara de tigre, me saludó en la entrada. 


¿Qué juego habrá preparado nuestro adorable anfitrión? 


Se acercó un apuesto camarero con una original bandeja portando en ella distintas tarjetas plásticas con flores -luego pude comprobar que eran llaves-… y escogí la magnolia, -qué gran selección de flores y mmmm qué intenso aroma se desprendía… seguí hasta el salón donde tocaba la orquesta… bailé y bailé hasta que se fue llenando aquella fantástica pista…


¿Adónde me llevó aquella llave, os preguntaréis?… ¿Tendría algo que ver el simbolismo de la magnolia? 


Os contaré que supe encontrar y abrir la puerta secreta de una habitación única y bien singular, con techo de luces y estrellas, suelo de musgo y flores, y paredes de bosque encantado…  Y aquella flor se abrió...







Flor de magnolio 

Regalando sorpresas 

Bosque encendido 





 Pureza, luz y armonía, 

dignidad y abundancia 

la magnolia atraerá..





A todos

un 

HERMOSO 2023



lunes, enero 30, 2023

El Baile por Lunaroja III.

Rojo el fuego de su rubor,
rojo el manto que la engalanó
y siguiendo una dulce voz
se dejó guiar
tras la última puerta. 

© DUlCE -


Muchas gracias Lunaroja.
Besos dulces.


La última puerta


Respondiendo a la propuesta de Dulce y su baile anual de fin de año, me dejo envolver por la magia de la noche, que me inspira y me hace entrar en su Castillo...

Esta es mi fantasía.
   

Había ido probando cerradura por cerradura.
La llave abrió sin ruido la última puerta.
Necesitaba tomarme un respiro y nada mejor que desaparecer del salón de baile y refugiarme un rato en el silencio.
El vuelo de la falda, hacía que pareciera un espíritu rojo deambulante y sensual, el pelo suelto y despeinado se sacudía con suavidad, acariciando mi espalda desnuda.
La puerta se cerró con un sonido amortiguado, y me apoyé en ella ligeramente acalorada.
Los duelos de miradas y de bailes en el salón no habían hecho más que empezar y aún quedaba noche por delante.
No estaría mal esa pausa para recuperar el aliento, y relajarme en el silencio de ese cuarto en penumbras,con una chimenea que hacía juego con el color de mi vestido.
Me acerqué al sillón que había frente al fuego, para poder sentarme por fin y descansar en el mullido tapizado. Cuando repentinamente al dejarme caer, sentí que dos brazos me sostenían casi en el aire, haciendo que me sentara con suavidad sobre unos muslos fuertes.
Iba a gritar,el sonido subía por mi garganta, pero su mano cubrió mi boca, y me pidió silencio, que no me asustara, y que solamente me dejara llevar. No podía ver su cara, pero su voz era una caricia para los sentidos, su cuerpo era firme y el mío, se amoldaba perfectamente al de él.
Levantó mi falda sedosa, y acarició mis piernas. El calor de la chimenea se sumaba al calor de nuestros cuerpos.
Su lengua se deslizó por mi nuca, y aferrada a sus caderas me dejé arrastrar a ese abismo anónimo, en donde solo éramos dos pieles sedientas que se fundían en ese particular baile de máscaras...solos, escondidos y deseantes.
Todo estaba empezando.






viernes, enero 27, 2023

El Baile por Auroratris V.

A tiempo como siempre llegó
para contarme una historia
fraguada entre sus labios,
y tras la última puerta encontró
su baile más anhelado.

© DUlCE -


Mi Gratitud Mi Querida Auro.
Besos muy dulces con mi cariño.



Por una Llave... Un Baile

 



Como el turrón que cada año regresa por Navidad, así llegó la invitación de Dulce. Me pilló en un viaje relámpago a la nieve. Este año quise celebrarlo dejándome llevar por un paisaje totalmente distinto. Pero… ¿Quién puede resistirse al último baile en el Castillo Violeta? Yo no. Recogí mi pesado equipaje disponiéndome a disfrutar de la última noche del año junto a mis amigas de bailes anteriores, y junto a este anfitrión tan encantador. Además, esta vez hay un nuevo juego, una llave, un lugar… no se puede pedir más.

Tras agradecer el detalle de su invitación me dispongo a bucear dentro de mi vestidor, todo lo lanzo sobre la cama y nada de lo que hay me gusta. El viaje se llevó una buena pasta, nada de compras. Bueno, hay quien lo consulta con la almohada, mis dudas las resuelvo escalando montes. Tras llanear un buen trecho y escalar otro tanto, encuentro la cima y la solución.

Me vuelvo para casa como un relámpago. Escojo prendas fresquitas: un pantalón vaporoso, una camiseta con sus tirantes, hay transparencias que dejan ver la ropa interior, y el momento lo requiere, ¿No? El abrigo que todo lo tapa es imprescindible para no revelar nada antes de llegar al lugar.

 Y allí está él. Tan apuesto que un suspiro se me escapa. ¡Ay!

Me da dos besazos, se los devuelvo, con la máscara no sé si me guiña un ojo. Por si acaso, que no se diga, yo también lo hago. Me invita al interior presentándome una mesa con diversos sobres, los cuales contienen una llave. Mirando hacia el salón descubro que, si no he llegado la última me ha faltado poco, ese es el detalle que me lleva a elegir el sobre donde reza: “la última puerta”.

Percibo que no he llegado a tiempo para bailar con el anfitrión, otra vez será. Los canapés y una copita de licor me acompañan hacia mi aventura. ¿Subo o desciendo? Este castillo es un misterio. Siendo la última puerta me decido por subir hasta la última planta. Menos mal que este año mi indumentaria me acompaña, bueno, los tacones no mucho, pero si me los quito antes de ascender por la larga escalera y me los pongo cuando llegue, nadie lo sabrá. Shsssss.

Allí está la buscada puerta, ya la veo frente a mí. Introduzco la llave con sigilo. No me quito la máscara, no quiero que me reconozcan. Para mi sorpresa todo está sumido en una penumbra malva dando una sensación de relax. Tras el tumulto que hay abajo se agradece cierto espacio. No estoy sola, una sombra se dibuja sentada en un sillón. Pregunto por su nombre y la voz de hombre solo responde: “Soy Yo” Cuando intento presentarme, es él quien revela mi nombre. Que me haya reconocido no me resulta ni halagador ni tranquilizador, porque ese Soy Yo no me inspira mucha confianza, puede ser cualquiera.

  •    Espera, eres Tú!, ahora caigo en que no hay otra presencia masculina en toda la fiesta.

Se levanta tendiéndome la mano. Mano que yo acepto. Acercándonos mutuamente y de manera repentina una música empieza a sonar para el baile. Estamos en la terraza. Es de esperar al ser la última puerta. Mientras nos miramos solo pienso que es el momento perfecto para empezar un Nuevo Año. Yo creyendo que no llegaría mi turno de bailar con el anfitrión.

El sol nace a los lejos, es muy tarde o muy temprano, según se mire. Hay una mesita preparada, en ella un desayuno nos espera. Un humeante café roza mis labios cuando de repente él susurra: 

  • “Cuéntame una historia, Auro, una donde estemos tú y yo”

Y el café se enfrió.

 

 

© Auroratris







♥ Gracias, Dulce ♥