viernes, enero 26, 2024

El Baile por Sandra Figueroa V.

Se adentró en el Castillo
para soñar y jugar,
su carta fue el preludio
de una noche más allá de lo real
y bajo una lluvia cálida
se empapó de gozo.

© DUlCE -


Mi Gratitud Sandra.
Besos dulces.

Su carta elegida fue ...


BAILE DE MASCARAS 2023

 



POETIZA tomó entre sus manos la invitación al BAILE DE MASCARAS que había recibido días antes y salió apresurada, ya su carruaje la esperaba, y emprendió el largo viaje hasta el Castillo de la Dulzura.

Los caballos iban veloces dejando atrás sus montañas. 
POETIZA se sentía feliz y suspiraba agradecida de haber sido invitada a tan esperado BAILE DE MASCARAS.

POETIZA llegó al Castillo y bajó del carruaje, llevaba un vestido ROSA sencillo y guantes a juego hasta los codos, no llevaba joyas, su corazón latía con fuerza, su alma suspiraba.

Una Luna violeta  iluminaba el Castillo y cuatro Leones custodiaban la entrada, temerosa avanzó unos pasos, sintió alivio, ya su amigo DULCE la esperaba y tendiéndole la mano la invitó a pasar, su cálido saludo le dio seguridad, POETIZA se sintió libre de temor y avanzó junto a Él hacia el centro del salón donde las invitadas reían y bailaban seducidas por la 
música, la guio hacia una fina y elegante mesita donde le mostró 3 cartas, debía escoger una si quería jugar, POETIZA dudó, pero la curiosidad la hizo escoger una, la tomó y sin leerla la apretó contra su pecho donde su corazón brincaba de emoción y su alma le decía: ¡Juega POETIZA! la leyó en silencio, sonrió, su amigo DULCE le ofreció una copa de burbujeante y seductor champagne, y se retiró a recibir a otra invitada.

POETIZA se fue a un rincón al lado de un ventanal, tras las cortinas se ocultaba la tristeza, ahí la mandó a esconderse la alegría, que reinaba en el salón donde la dulzura y el placer se mezclaban.

LA CARTA DE LOS SUEÑOS en su mano le hacía cosquillas, pasado un rato se retiró del ventanal donde la tristeza se reía de ella, y vió que el placer jugueteaba por todas partes y la lujuria tras de Él.

Caminó solitaria por un largo pasillo alfombrado donde vio un ATRAPA SUEÑOS precioso y se acercó a él, mil emociones sintió en su alma. 
Era una noche mágica y a POETIZA  le gustaba soñar, cerrando los ojos se dejó llevar por sus fantasías.

Un segundo después de cerrar los ojos, POETIZA, sorprendida y asustada, vió que se encontraba en un jardín lleno de flores de exóticos colores, donde un caballero vestido de negro la guiaba por la oscuridad hacia la luz violeta que irradiaba de una fuente donde la invitó a bañarse, la luna estaba preciosa, la noche cálida, todo era mágico.....

POETIZA vivió fantásticos momentos de placer, romance y AMOR al lado del Caballero vestido de negro que con dulzura supo llevarla más allá de sus sueños, más allá de sus fantasías.

Cuando POETIZA abrió los ojos estaba frente al ATRAPA SUEÑOS completamente mojada de pies a cabeza, no sabía si fue sueño o realidad, pero su alma cantaba y su corazón reía, habían pasado las horas, ya casi amanecía, la música en el salón continuaba, la pasión y la dulzura seguían correteando por todo el Castillo.

POETIZA se estremeció cuando vio a la locura a su lado y ésta estaba mojada también, corrió por el pasillo buscando la salida.

POETIZA se retiró del Castillo, subió a su carruaje y emprendió el regreso. 
Aun iba empapada pero sonriente.

El Castillo de DULCE estaba encantado, tenía magia, y ella estaba feliz de haber hecho sus sueños realidad.



Gracias DULCE por la invitación a tan especial BAILE DE MASCARAS.


Sandra Figueroa

2023

miércoles, enero 24, 2024

El Baile por Rosana Martí I.

A los sueños atrapó
y de ellos tejió su fantasía
se entregó a la pasión
por los paisajes de Venecia,
y dulce fue su noche
entre besos de fiesta.

© DUlCE -


Mi Gratitud Rosana.
Besos dulces y golosos.

Su carte elegida fue ...


Baile De Máscaras...

 



En el corazón de la misteriosa ciudad de Venecia, donde los canales serpenteaban como venas líquidas a través de antiguos edificios de mármol, se celebraba cada fin de año el Baile de Máscaras. La tradición se remontaba a siglos atrás, cuando la aristocracia veneciana buscaba un escape de las restricciones sociales y se sumergía en la extravagancia del anonimato que ofrecían las máscaras.




Era una noche de luna llena cuando las puertas del majestuoso Palazzo Venier se abrieron para dar la bienvenida a las invitadas, casualmente todas mujeres. El anfitrión un noble caballero. Los salones, adornados con lámparas de cristal que destellaban como estrellas, estaban llenos de un bullicio apagado mientras los asistentes al majestuoso evento, ocultas tras máscaras exquisitas, se movían con gracia y misterio.

En el centro del salón de baile, una pareja destacaba entre la multitud. Él, vestido con un traje negro elegante y una máscara plateada que enmarcaba sus ojos intensos. Ella, envuelta en un vestido de seda azul con detalles dorados y una máscara enigmática que revelaba solo sus labios carmesíes. Juntos, desafiaban las convenciones sociales, atrayendo miradas curiosas y murmullos susurrantes. Su sensualidad era evidente.

Al sonar de la orquesta, la pareja se enlazó en un vals hipnótico. Sus movimientos eran una danza de misterio y seducción, mientras la música llenaba el salón con sus notas melodiosas. La energía entre ellos era palpable, como si compartieran un secreto que solo los dos entendían.

A medida que avanzaba la noche, la pareja se movía por los salones, dejando a su paso una estela de preguntas y suspiros. En cada rincón, conspiraban en susurros apasionados, desafiando las expectativas y desentrañando los lazos sociales que ataban a la sociedad veneciana.

En una de las estancias, el gentil caballero ofreció a la bella misteriosa la opción de elegir una carta. Extendió su mano hacia las tres cartas, escogiendo una al azar: la número 1.



Sueño que eriza mi piel,

hasta penetrar mis deseos ocultos,

elixir en mis labios provoca,

que abra mi alma al delirio,

de tus manos con pasión desmedida.

Vino un beso apasionado, 

exquisitamente consumado.



La media noche se acercaba, y con ella, la revelación de las identidades detrás de las máscaras. Pero la pareja decidió desafiar incluso esa tradición. Se dirigieron hacia los jardines del palacio, donde la luz de la luna los iluminaba con un resplandor plateado.

Bajo la sombra de un antiguo rosal, se quitaron las máscaras y se enfrentaron, revelando la verdad detrás de sus disfraces. Él era un artista errante, un pintor que buscaba inspiración en los pliegues ocultos de la sociedad. Ella, una poetisa rebelde que tejía versos subversivos en la oscuridad de la noche.

Juntos, decidieron preservar su anonimato y regresar al salón de baile, donde la música aún resonaba. Mano a mano, se sumergieron nuevamente en el vórtice del baile, desapareciendo entre las máscaras que ocultaban los rostros de los demás, pero que nunca pudieron esconder las chispas de rebeldía y pasión que encendieron aquella inolvidable noche de máscaras en Venecia.





© 2024 Rosana Martí ®
(Todos los derechos reservados)




"Esta narración toma su inspiración de la sugerente invitación de Dulce para el Baile de Máscaras de Fin de Año 2023."



 

lunes, enero 22, 2024

El Baile por Auroratris VI.

Llegó al Castillo de los sueños
para regalarme su mejor truco
fue con una danza de sombreros
que me reveló sus atributos
y como un atrapasueños
mi mirada capturó.

© DUlCE -


Mi Gratitud Mi Querida Auro.
Besos muy dulces con mi cariño.

Su carta elegida fue ...

De Sombreros va el Juego

 


 



El paso del tiempo es una realidad. La última invitación del año es la firma tangible del cambio. Pero este Dulce Caballero sabe un truco de magia para que el salto hacia el Año Nuevo no sea nada traumático y sí lleno de aventuras mágicas. Me sonrío de solo pensar en mi indumentaria para lo prometido: fantasía y placer. 


No es que yo quiera competir llevando sombrero como el Dulce Caballero, pero reconozco que es un complemento muy sexy, si se sabe lucir con garbo. Miradle si no a él. Todo elegancia.

Recojo la invitación de mano del mensajero, no le pasa inadvertido mi rostro divertido y me devuelve el suyo algo pícaro. Le cierro la puerta sin más contemplación ya que hoy no tengo tiempo para flirtear. Otro día, según me pille, le sigo el juego.

¡Qué bonita invitación! Cada año se lo curra más y mejor este señor. 


Rauda me voy colocando mi traje Fashions, aunque no lo parezca es muy cómodo para el obligado baile con el anfitrión. El sombrero es un puntazo, es lo más. Estoy a punto de ir vestida solamente con él y mis Manolo Blanhik. Ja, ja, ja, vaya pensamiento se me acaba de cruzar. Fuera, que me haces perder la inspiración, le digo.

Bajo la Luna Violeta, frente a este Castillo Encantado y junto a la distinción del anfitrión me siento tan sofisticada como todo el conjunto.

Tomo su mano, más bien es él quien toma la mía, puedo adivinar el guiño en uno de sus ojos cuando se jacta de la presencia de mi sombrero. Le ha gustado, lo sé porque su brazo rodea mi cintura mientras me introduce en el Gran Salón.

Las gafas de sol es otro complemento sexy. Las deslizo hasta la punta de mi nariz para poder comprobar las bellezas que aguardan mientras las demás vamos llegando. Todas están divinas, como yo, aunque yo parezca un ave del paraíso con estas plumas. Igual tiene truco este traje y puedo echar a volar cuando la noche vaya decayendo. Me lo acabo de inventar, es que con tanto lujo una pierde la cabeza.

Se avecina la hora del juego y mi turno. Todas salen muy contentas tras esa puerta. A ver qué sorpresa me aguarda.

Me introduzco con decisión y él me espera con un trío de cartas extendidas hacia mí. Escojo una de ellas. Mi incredulidad se pasea entre su rostro y la carta en cuestión. Menos en uno de los detalles, ha dado en el clavo. Le observo atentamente por si ha hecho trampa. Él hace lo mismo conmigo, lo cual me pone algo nerviosa porque hay miradas y miradas, esta precisamente es de las que traspasan.

Imagino por un minuto que visualiza mi fantasía de cómo pensaba aparecer en el baile. No lo puedo evitar y me entra la risa floja. Él no entiende el motivo de por qué me estoy partiendo la caja con la carta en la mano. Se levanta de su sillón para coger con extrañeza la carta y con la misma extrañeza me mira fijamente con expresión interrogante en su rostro.

Y yo, entre hipidos por la risa, le cuento mi pensamiento alocado.

Su seriedad se transforma para acto seguido romper el silencio con una gran carcajada. Esto hace que me relaje un poco hasta que escucho el sonido de su voz, profunda y sensual, pidiéndome que cumpla ese deseo o sueño, ya que estamos en el Castillo de los Sueños. Ahí lo deja, tan ricamente.

Me quedo tan inmóvil como el brillo de sus pupilas a través de la máscara. Su porte formal, su figura esbelta es todo un reto. Y yo que soy de retos recojo el guante. La música insinuante que empieza a sonar de fondo me invita a ir retirando las prendas a su ritmo. Me imagino como Kim Basinguer en aquella película, ¡ya quisiera ella ser yo!

Y como la noche va de magia, en un rápido movimiento retiro el sombrero de su cabeza para cubrir mi pecho, el mío hace lo propio cubriendo más abajo. El aplauso y la sonrisa del anfitrión es todo cuanto necesito.

Ha sido una bonita noche de trucos y magia. Desde mi coche creo distinguir su silueta tras el cristal del gran ventanal. Percibo que no está solo. Este Dulce Caballero es todo un Casanova. Le lanzo un beso mientras me despido hasta el año que viene, él responde con otro beso al viento. Es el momento de arrancar el motor de mi Mini y salir  a la carretera antes de que el Sol tome posesión en el cielo y me robe la sensación de ensueño.

 


© Auroratris








Gracias Mi Querido Dulce por este Baile de Máscaras