martes, enero 21, 2025

El Baile por Dafne Sinedie VII.

Cual vampiresa
hizo acto de presencia en El Salón
paralizando el tiempo,
provocando el suspiro.
Y de sus manos
un regalo especial me concedió,
un reloj de arena
que cambió todo para siempre.

- © DUlCE -


Mi gratitud Mi Adorada Dafne por tan significativo regalo.
Dulces Besos de tarte tatin.



EL BAILE DE FIN DE AÑO

 


EL BAILE DE FIN DE AÑO 2024


     El último año había sido una locura, pero en todo momento me sentí acompañada por mis amistades bloggeras, particularmente por Dulce, y a pesar de los meses de ausencia, esperaba con ilusión regresar en las vacaciones de Navidad y recibir su invitación para su famoso Baile de Fin de Año.









      El Baile del año pasado había sido muy especial, con toda una revelación en El Confesionario.
      Para el Baile de este año escogí el siguiente conjunto: un corset de encaje que dejaba al descubierto mis hombros y mi escote, una falda de tubo de cuero y unas botas altas de tacón de aguja, estilo Mistress; lo único que me faltaba era el látigo, pero prefería dejarlo en casa, pues ya había un Dom en el castillo. Me cepillé el cabello y lo recogí en un moño alto, de modo que quedase expuesto mi cuello, mis orejas y el filo de mi mandíbula. Las orejas las decoré con varios aros y piercings, mientras que alrededor del cuello abroché un collar de púas. Asimismo, escogí cuidadosamente el maquillaje; base pálida para la piel, los ojos contorneados de negro y los labios rojos como la sangre. En esta ocasión la máscara para asistir al Baile era blanca con bordados dorados.
     Me envolví en un abrigo largo de cuero, cogí los regalos y bajé a la calle. Esta vez me esperaba el ronroneante Ford Mustang. El chófer me abrió la puerta y me acomodé en los asientos.
    Observé cómo abandonábamos la ciudad a través de las ventanillas y el viaje se me pasó volando mientras bordeábamos el bosque por las carreteras. Entre mar y montaña, se alzaba el majestuoso castillo de nuestro anfitrión.
     Antes de las diez llegamos a la fortaleza de piedra. El corazón me dio un vuelco por la emoción al comprobar que en la entrada ya había aparcados otros coches, incluido el Cadillac de otro Baile.
     El chófer me ayudó a bajar. Los leones de la entrada me dieron la bienvenida y le enseñé mi invitación a uno de los porteros. Al igual que los años anteriores, me dejaron pasar con un asentimiento y me desearon una feliz velada.
     Guardé mi abrigo en un ropero en la entrada y pedí que llevasen a Dulce uno de los regalos; el otro lo guardé a buen recaudo. Después de tantos años, ya conocía el camino hasta el Salón principal.





     El Salón era negro y rojo, con las luces parpadeando al ritmo de la base de la música. Me recorrieron escalofríos y mi cuerpo se movió a su son. 
¿Por qué esperar a la otra vida?
Podrías vivir en mi paraíso.
Desearía que tuviéramos un poco más de tiempo.
Para el viaje salvaje.
     En las mesas circundantes pude encontrar manjares de todas las partes del mundo; empanadillas exquisitamente rellenas, asados, sushiramen, ensaladas... ¡Ni qué decir de las bebidas!
     También pasé largo rato charlando con Mag, María, Cora, Campirela, Ginebra, Flor... Era como un hechizo: una vez al año, podía coincidir en el espacio y en el tiempo con mis maravillosas amistades bloggeras. Poco tiempo después Dulce nos dio la bienvenida junto con su acompañante de siempre: un enorme león.
    Con su profunda mirada, nos propuso el juego de encontrarnos en alguna de las habitaciones. Y en un parpadeo, desapareció de nuevo.
    Sonreí para mis adentros, sacando la llave maestra que había conseguido en el Baile de 2022, y me dispuse a dar un paseo por el Castillo.
     Encontré a nuestro anfitrión en La Biblioteca, sentado en un sillón con el libro de Drácula entre las manos, como no podía ser de otra manera. Sin embargo, no fui a su encuentro en el momento, sino que me tomé mi tiempo paseando entre las estanterías hasta que encontré el tomo que me interesaba.
     Carmilla Dulce me sonrió con complicidad al reconocerlo. Le guiñé un ojo.
     Me planteo como Propósito de Año Nuevo leerla de una vez. ¡Oh! Ya veo que te han traído la tarta.
     —Estaba esperándote para compartirla.
     Mientras degustábamos un trozo de Tarte Tatin acompañado de un vino tan rojo como la sangre, nos pusimos al día de nuestras vidas.
     —Este año has completado el ÆvumDulce. Son casi 500 entradas escritas en 10 años, ¿sabes? Y tú las has leído y comentado en poco más de la mitad de tiempo. Eres el primero que lo consigue, pero supongo que eres el más indicado, dado que eres un vampiro.
      —Es un placer leerte y comentarte, Dafne.
      —El placer de contar con tu compañía es mío, Dulce.
      Brindamos con júbilo, y entonces añadí:
      —Por esa razón, además de la tarta te he traído un regalo muy especial.
      De entre los pliegues del corset extraje un Reloj de Arena que se caracterizaba en que la arena fluía hacia arriba.
     —Se trata de un artefacto procedente de un reino muy lejano, Adastræ; estoy segura de que has oído hablar de él. Dulce asintió y proseguí con mi explicación—. Gracias a mis contactos con el Príncipe Berilio y la Princesa Edelweiss, les encargué que me fabricasen un par. ¿Adivinas cuál es su función?
      —Me la imagino, pero prefiero que me lo descubras tú.
     —Es como una llave maestra para mi espacio indefinido en el tiempo. Te permite romper unas cuantas leyes de la física y de la realidad, sin llegar a trastocar el equilibrio del Universo.
     Le entregué el Reloj de Arena decorado con un lazo morado.
     —Es todo un honor y agradezco el regalo de todo corazón, querida.
     Apuramos nuestras copas, terminamos la tarta y cambiamos de año realizando una de nuestras actividades predilectas: leer.





Mil gracias por la invitación, Dulce.

¡Feliz y próspero año 2025!
 
 
 

domingo, enero 19, 2025

El Baile por Campirela VIII.

Una última partida,
o tal vez la primera,
la apuesta estaba echada
y en la Habitación Violeta
ganó la osadía
de quien fue
dulcemente seducida.

- © DUlCE -


Mi gratitud Campirela por esta partida de billar
lúdicamente placentera.
Besos dulces.



Baile de mascarás de Dulce./Diciembre 2024




Cada fin de año Dulce, nos ofrece un baile de máscaras, seductor, sensual para terminar el año,  nuevas energías donde la magia y la fantasía sean la directriz principal de la última noche de año.

La partida de Billar



Otro año más, la invitación llego en un sobre lacrado para la noche de fin de año.
Esta vez, había una nota adherida detrás de la invitación, en ella en letras violeta decía: <Tengo una apuesta contigo, a ver quien resiste más a ser seducido por nuestros encantos< —Serás mi invitada a la última partida de billar de este año, tú vestirás de color azul, cuando estés en mi presencia, lanzaremos una moneda al aire, si sale cara jugaremos en el tapete verde, si sale cruz en tapete será del color de tu vestido. Este tendrá un gran escote en la espalda y debajo no llevarás nada, tan salo un liguero y tus tacones de punta afilada. Una capa negra te cubrirá del frío, y tu cabello lo traerás recogido, después veré que podemos hacer con él. Atentamente: El caballero del sombrero de copa. Cerré el sobre y pensé, ¿una partida de billar?, podría ser interesante.
Cada año me sorprendía más, una manera de terminar el año donde las bolas y el taco serían fundamental. Estaba lista, vestida de azul, más que un hada pareciera una vampiresa, con mi recogido bajo, lo adornaba con una tira perlas en uno de los lados. Llegué cinco minutos antes de la hora, subí aquellas escaleras y toqué la puerta del castillo, estas se abrieron en el hall, encima de la mesa había varios sobres cada uno con el nombre de la invitada, me acerqué y cogí el mío. De fondo se oía un piano, y el murmullo de personas, imagine que algunos de los invitados ya estarían en el salón. Al abrir mi sobre, había una indicación, sube al primer piso, busca la Habitación Violeta y espérame allí, mientras si lo deseas puedes echarte una partida de billar tu sola… Subí las escaleras, allí estaban dos grandes mesas de billar, una con tapete azul y otra verde. El ambiente era acogedor, la música de fondo, era un blues donde Koko Taylor estaba sonando su mítica canción I' m a Woman, eso me gusto, pues no sé cómo lo sabría, pero es el tipo de música que en esta ocasión me apetecía escuchar. Deje mi capa sobre el sillón, y me dispuse a coger un taco de billar, ordene las bolas en su triángulo y cuando iba a dar, oí el pomo de la puerta, abrirse. Como siempre tan enigmático, sus ojos a través de se mascara eran chispeantes, se acercó, me cogió la mano y la beso. Sus labios húmedos dejaron, ese primer contacto en mi piel, haciendo que sintiera que algo me iba a proponer. Metió su mano en el bolsillo del pantalón y saco una moneda, al aire la lanzo y en un leve susurro me pregunto, cara o cruz. —Cruz —Cara, elijo tapete. Se acercó de nuevo a mí y con sus dedos acaricio mis pómulos. Se quitó la chaqueta y quedo en camisa, cogió un taco y me invito a sacar yo primero. Coloco en el tapete mis dos bolas, la blanca y la negra, tiro y dejo las bolas en una posición perfecta para hacer carambola, te doy paso a ti. Las bolas han quedado en una buena posición, mientras intenta lanzar, me coloco tras de él, mis redondeces chocan con su espalda y mis pezones, los notas clavados en ti. Ni te inmutas, el juego de la seducción está equilibrado, aunque tus planes parecen ir, por otro lado. Empiezas a sacar punta a mi taco de billar, te miro extrañada y con una subida de ceja, me haces titubear. Te acercas a mi espalda y posas tus labios, sobre la piel que deja al descubierto el escote de mi vestido. Mi piel se eriza, no me esperaba que tan pronto comenzara el cortejo, de quien puede seducir a quién. Entrecierras tus ojos, un suspiro débil sale de tu boca y me das esperanzas de que esta partida quede en tablas. Me arriesgo y siendo muy osada, alcanzo tu cuello… lo beso, lo lamo y llego con mi lengua hasta el lóbulo de tu oreja, esa es por ahora mi mejor baza. Te muerdes los labios, la partida no está terminada. Ahora eres tú quien me bajas el vestido y bajas hasta mis pezones, los lames y llegas hasta mi ombligo, allí te detienes, tus dedos escalen como si fuera la montaña del Everest y haces que toda yo me estremezca de placer. Estado a punto de rendirme, pero aún quiero más, desabrochó tu camisa, mis dedos navegan por tu torso como una pirata en busca de refugio, bajo mis manos y entre dos columnas de mármol está el palo mayor, me aferro a él, no quiero naufragar. La partida está poniéndose dura, ninguno de los dos queremos tirar la toalla. Ahora eres tú quien ataca de nuevo, te aferras a mis dos enormes esferas, adornadas con dos fresas rosadas y en punta esperando que sean consoladas. Es cuando veo que tus manos cogen el palo del billar y le das tiza en la punta para hacer en un segundo carambola. Mi mente se imagina de igual manera como coges mis piernas y la subes en esa mesa donde hace un segundo casi ganas la partida. Ahora es cuando en serio comienza el juego. Me apoyas en la mesa y mi Caos interno le tienes frente a ti, te le ofrezco, justo para ser penetrado. Embestimos, carambolas van y vienen, sudamos, nos empapamos en nuestros propios fluidos, me tienes en un campo ardiente, mi cuerpo absorbe toda tu energía, es como si las bolas de billar estuvieran dentro de mí, todo el color en mi cuerpo, solo falta la blanca la que tú vas a depositar en el siguiente vaivén. Estallo en mil pedazos, no solo mi cuerpo, mi recogido ha saltado y la diadema de perlas por el suelo ha quedado, mi melena cubre mi rostro empapado de sudor, pues tu bola exploto dentro de mí, me rompo, me desmayo te has apoderado y dueño te has hecho de mí. A duras penas, puedo caminar, me despego de ti, y mirándote a los ojos, te pregunto¿Puedo besar al campeón, ofreciéndole mis bolas de marfil? Y tú respondes, ¡claro que sí!
© Campirela_

viernes, enero 17, 2025

El Baile por Milena IV.

Un Cisne Negro apareció
en el medio de El Salón
con su Baile mágico
atrajo mi atención,
y fue en La Biblioteca
donde el encuentro esperado
se consumó.

- © DUlCE -


Mi gratitud Milena por esta danza especial.
Besos dulces mil.

Cisne Negro {Mágica y Dulce invitación}

 



De nuevo llegó la invitación del Baile de Máscaras 
que cada año organiza nuestro querido Dulce
Caballero del sombrero de copa. 

Es la perfecta ocasión para lucir mi maravilloso traje de Cisne Negro, 
y no sólo ponérmelo sino también representar este maravilloso solo 
del Lago de los Cisnes 
que me apasiona 
bailar. 

Pirouette en attitude - 
sissone devant - développé - sous sous - 
jeté - piqué, piqué, piqué - déboulé, déboulé, déboulé... 



                                        




Danza y danza 
Ímpetu y aliento 
hasta expirar 


♦️


Soy Cisne Negro 
Desplegaré mis alas 
con brío y pasión 




Nuestro Dulce anfitrión, 
entusiasmado por tan magnífica y exquisita danza 
me acompañará luego hasta su maravillosa biblioteca, 
ávido de enseñarme sus más preciados volúmenes, 
fuente de su gran 
sabiduría.