Cual vampiresa
hizo acto de presencia en El Salón
paralizando el tiempo,
provocando el suspiro.
Y de sus manos
un regalo especial me concedió,
un reloj de arena
que cambió todo para siempre.
- © DUlCE -
Mi gratitud Mi Adorada Dafne por tan significativo regalo.
Dulces Besos de tarte tatin.
EL BAILE DE FIN DE AÑO
EL BAILE DE FIN DE AÑO 2024
El último año había sido una locura, pero en todo momento me sentí acompañada por mis amistades bloggeras, particularmente por Dulce, y a pesar de los meses de ausencia, esperaba con ilusión regresar en las vacaciones de Navidad y recibir su invitación para su famoso Baile de Fin de Año.
Para el Baile de este año escogí el siguiente conjunto: un corset de encaje que dejaba al descubierto mis hombros y mi escote, una falda de tubo de cuero y unas botas altas de tacón de aguja, estilo Mistress; lo único que me faltaba era el látigo, pero prefería dejarlo en casa, pues ya había un Dom en el castillo. Me cepillé el cabello y lo recogí en un moño alto, de modo que quedase expuesto mi cuello, mis orejas y el filo de mi mandíbula. Las orejas las decoré con varios aros y piercings, mientras que alrededor del cuello abroché un collar de púas. Asimismo, escogí cuidadosamente el maquillaje; base pálida para la piel, los ojos contorneados de negro y los labios rojos como la sangre. En esta ocasión la máscara para asistir al Baile era blanca con bordados dorados.Me envolví en un abrigo largo de cuero, cogí los regalos y bajé a la calle. Esta vez me esperaba el ronroneante Ford Mustang. El chófer me abrió la puerta y me acomodé en los asientos.Observé cómo abandonábamos la ciudad a través de las ventanillas y el viaje se me pasó volando mientras bordeábamos el bosque por las carreteras. Entre mar y montaña, se alzaba el majestuoso castillo de nuestro anfitrión.Antes de las diez llegamos a la fortaleza de piedra. El corazón me dio un vuelco por la emoción al comprobar que en la entrada ya había aparcados otros coches, incluido el Cadillac de otro Baile.El chófer me ayudó a bajar. Los leones de la entrada me dieron la bienvenida y le enseñé mi invitación a uno de los porteros. Al igual que los años anteriores, me dejaron pasar con un asentimiento y me desearon una feliz velada.Guardé mi abrigo en un ropero en la entrada y pedí que llevasen a Dulce uno de los regalos; el otro lo guardé a buen recaudo. Después de tantos años, ya conocía el camino hasta el Salón principal.
El Salón era negro y rojo, con las luces parpadeando al ritmo de la base de la música. Me recorrieron escalofríos y mi cuerpo se movió a su son.
¿Por qué esperar a la otra vida?
Podrías vivir en mi paraíso.
Desearía que tuviéramos un poco más de tiempo.
Para el viaje salvaje.
En las mesas circundantes pude encontrar manjares de todas las partes del mundo; empanadillas exquisitamente rellenas, asados, sushi, ramen, ensaladas... ¡Ni qué decir de las bebidas!También pasé largo rato charlando con Mag, María, Cora, Campirela, Ginebra, Flor... Era como un hechizo: una vez al año, podía coincidir en el espacio y en el tiempo con mis maravillosas amistades bloggeras. Poco tiempo después Dulce nos dio la bienvenida junto con su acompañante de siempre: un enorme león.Con su profunda mirada, nos propuso el juego de encontrarnos en alguna de las habitaciones. Y en un parpadeo, desapareció de nuevo.Sonreí para mis adentros, sacando la llave maestra que había conseguido en el Baile de 2022, y me dispuse a dar un paseo por el Castillo.Encontré a nuestro anfitrión en La Biblioteca, sentado en un sillón con el libro de Drácula entre las manos, como no podía ser de otra manera. Sin embargo, no fui a su encuentro en el momento, sino que me tomé mi tiempo paseando entre las estanterías hasta que encontré el tomo que me interesaba.—Carmilla —Dulce me sonrió con complicidad al reconocerlo. Le guiñé un ojo.—Me planteo como Propósito de Año Nuevo leerla de una vez. ¡Oh! Ya veo que te han traído la tarta.—Estaba esperándote para compartirla.Mientras degustábamos un trozo de Tarte Tatin acompañado de un vino tan rojo como la sangre, nos pusimos al día de nuestras vidas.—Este año has completado el Ævum, Dulce. Son casi 500 entradas escritas en 10 años, ¿sabes? Y tú las has leído y comentado en poco más de la mitad de tiempo. Eres el primero que lo consigue, pero supongo que eres el más indicado, dado que eres un vampiro.—Es un placer leerte y comentarte, Dafne.—El placer de contar con tu compañía es mío, Dulce.Brindamos con júbilo, y entonces añadí:—Por esa razón, además de la tarta te he traído un regalo muy especial.De entre los pliegues del corset extraje un Reloj de Arena que se caracterizaba en que la arena fluía hacia arriba.—Se trata de un artefacto procedente de un reino muy lejano, Adastræ; estoy segura de que has oído hablar de él. —Dulce asintió y proseguí con mi explicación—. Gracias a mis contactos con el Príncipe Berilio y la Princesa Edelweiss, les encargué que me fabricasen un par. ¿Adivinas cuál es su función?—Me la imagino, pero prefiero que me lo descubras tú.—Es como una llave maestra para mi espacio indefinido en el tiempo. Te permite romper unas cuantas leyes de la física y de la realidad, sin llegar a trastocar el equilibrio del Universo.Le entregué el Reloj de Arena decorado con un lazo morado.—Es todo un honor y agradezco el regalo de todo corazón, querida.Apuramos nuestras copas, terminamos la tarta y cambiamos de año realizando una de nuestras actividades predilectas: leer.
Mil gracias por la invitación, Dulce.
¡Feliz y próspero año 2025!
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“La belleza complace a los ojos; la dulzura encadena el alma” (Voltaire)