En los pétalos de su rosedal
sueño ser congraciado con su terneza,
para invocarla al medrar
con la abundancia de una promesa.
Y encontrar la senda llana
al recorrer el húmedo páramo
donde enraizará mi lengua
tomando el camino más largo.
Dilatando lo finito,
quebrantando lo permitido
hasta que sus labios acallen los míos
con su plétora primavera en flor.