Se derrama en impulsos,
se rebela en la sinrazón,
lucha contra lo que no puede doblegar
y se desvía perdida en caminos
rodeada de flores carentes de color.
Se evade entre falsos destellos
alimentando el vacío silencioso
que devora todo vestigio de amor.
Reniega y renuncia
tratando de expandir sus alas
más a lo lejos Él la custodia desde su atalaya,
solo un roce le basta
para propiciar su vuelo de liberación.
Le quema su voz,
pero dichosa es la noche
de volver a abrazar su luz.