Este relato es la primera vez que escribo algo de esta temática de BDSM, ( un proyecto de Dulce por su aniversario bloguero)
Soy nueva en este club, ni tan siquiera sé cómo he llegado, tal vez sea el desengaño amoroso, o tal vez las ansias de libertad de tanto tiempo ser una persona abnegada a los demás.
Mi primer encuentro fue algo que nunca olvidaré, me enseñó a ser en verdad quien era yo.
Ese día comenzó siendo distintos a los demás, de entrada yo no era la misma persona que me había acostado la noche anterior.
Mi desayuno fue mucho más nutritivo, cereales, zumos, y una barrita energética de alto contenido en sodio, todo esto era el principio para prepararme para una sesión de sexo duro. Para ello mi alimentación tenía que contener nutrientes en cantidad para no llegar a una posible deshidratación por exceso de sudor.
Mi vestuario era diferente lencería sexy, taconazos, medias, corsé y ese vestido negro de cuero ceñido que marcaban mis caderas como ninguna prenda anterior las había marcado.
Mi perfume también fue diferente, el olor era embriagador, le compré en una tienda donde eran especialistas en perfumes afrodisiacos, según ellos su aroma penetraba en la pituitaria y hacía que las feromonas se dispararan.
Estaba casi lista para tener mi primera experiencia en BDSM, me miré al espejo y vi una mujer distinta, mis ojos destellaban libertad y mi cuerpo deseo, lujuria y mucha aventura.
Al llegar al club todo estaba impoluto, el portero, un hombre alto, corpulento, bien vestido, me pidió el carnet del club, lo saqué de mi bolso y me dio las indicaciones pertinentes.
Al entrar en la sala vi varias parejas tomando una copa charlando amigablemente, es como si todos ya se conocieran, mi primer paso fue tomar una copa y observar, no sabía qué me esperaba, pero algo tenía claro, me dejaría llevar por la magia del misterio.
Hacia mí vino una mujer exuberante, me saludó ofreciendo su mano, después me llevó a un lugar discreto donde me expuso las reglas del juego.
_ Todo claro, Pandora
_ Sí, pero mi nombre es...
_ Sip, aquí eres Pandora, no se te olvide.
Después de presentarme a componentes del club, y tranquilizar un poco mis nervios de primeriza, vino el momento inicial, un sonido tibio de campanillas hizo que el murmullo de las charlas quedaran en silencio.
Aquella mujer que me bautizó con mi nuevo nombre estaba en medio del salón en posición de comunicar algo que todos los presentes ansiaban, sus caras eran delatadoras de ello.
_ Amigos, ha llegado la hora que cada uno de vosotros elijáis a vuestra pareja como ya sabéis, hoy toca a la mujer elegir a su amo, durante el periodo de dos horas él será su dueño y señor hará bajo su mandato todo lo acordado entre ambos antes del comienzo y sobre todo recordar siempre la palabra de seguridad.
Ya tenía en mente quien sería el mío, solo faltaba que le eligiera antes que otra dama del salón, fui con decisión, le mire y él asumió mi elección.
Desde ese instante quedé en manos de un desconocido, este echó un paso delante de mí, me miró y únicamente dijo:
Sígueme, fui a contestar, pero no me dio tiempo, se giró con una mirada penetrante.
_ Cada vez que te hable, tu respuesta ha de ser "Sí amo"
Entramos en una sala de dimensiones pequeñas, pero reconfortante, la decoración sencilla, pocos muebles, pero muchos aparatos que desconocía de su servicio, más tarde supe para qué eran utilizados.
Paris, ese es el nombre de mi amo, lo supe al finalizar nuestra primera sesión fue indulgente conmigo, antes de comenzar ya notó que era mi primera vez, así pues no fue demasiado estricto, me enseñó poco a poco a disfrutar del sexo de otra forma.
Comenzó por mandarme que me despojara de mis vestimentas, pero también de mi personaje y me centrará en mi misión hacerle disfrutar del sexo en toda su dimensión.
_Sí amo, fue mi respuesta. Observé que eso le complacía.
Una vez en ropa interior, _no quiso que me despojara de ella_ me dijo que así le excitaba más ver mi lencería, pues ya la quitaría él a su modo.
Vi que cogió unas cintas de cuero negro, me ató las muñecas detrás de la espalda, con voz firme me ordenó que me sentara en la silla en medio de la habitación y que abriera mis piernas todo lo que pudiera, eso me dio un poco de pudor, abrí las piernas y mi sexo quedo casi al descubierto. Mi amo no me quitaba la mirada de encima con un gesto de cabeza ordenó que podría abrirlas más, obedecí, bajé la cara y él con la mano la subió.
_ Solamente cuando yo lo diga la agacharás mientras tanto quiero ver tu cara _
Sí amo.
Bien, ahora quiero que con tu boca abras mi pantalón, y con esa lengua hagas que mi sexo arda como el fuego.
Mi cara estaba a la altura de su bragueta, acerqué mi boca a ella y comencé mi labor, abrí lentamente la cremallera, observé su miembro, no estaba suficiente excitado, pero tenía un grosor, con toda la ayuda de mi boca y cabeza, logre con esfuerzo bajar los pantalones, y dejarle en ropa interior creí oír un gemido, pues no levante mi rostro hacia él, seguí con la misión de liberar su miembro aquello iba cogiendo longitud, antes de tener todo fuera me cogió de mi cabello y me hizo parar.
Ahora vamos a jugar, quiero que confíes en mí y obedezcas, solo si te sientes mal, házmelo saber con nuestra palabra mágica.
Sí amo; sigue hasta que te mande parar.
Su falo estaba fuera del todo, él me cogió de la cara y me dijo ahora ya sabes saborea al señor y hazle sentirse en el olimpo, esas palabras me excitaron de un modo que mi boca era el mejor manjar que alguna vez tuvo su señor. Sus latidos dentro de ella así me lo confirmaban, mis manos atadas se estaban perdiendo el contacto con su dos bolas del mundo.
La felación estaba siendo un placer para mí y como no para él, mi boca se llena de flujos salivares y esperma fluyó por toda mi cara, el primer objetivo fue realmente magnífico, hubo algo que nos compenetró él mandando y yo obedeciendo.
Quedamos relajados no sin oír un estruendo de suspiro de mi amo y señor, allí en ese momento supe que lo sería su fuerza, su sabor, algo sentí dentro de mí que me dejó tatuada para él.
Sin quitarme las ataduras se arrodilló ante mí me obligó a abrir aún más mis piernas y del mismo modo que saboreé su señor él me llenó de su saliva mi cueva sagrada, llevándome donde jamás nadie lo hizo, mis gritos eran la forma de liberar mi tensión, de darle las gracias por el placer que me daba, cuando llegue a mi clímax bajó su densidad, y se alejó de mí, me desesperé, pero él sonreía, quería veme así frustrada de no alcanzar mi gran orgasmo porque él es el dueño y señor, mi cara se transformó se tensó, hasta que sin darme tregua volvió a inclinarse y su cometido fue sus dedos dentro de mí, un grito que fue gutural hizo que mi esencia se derramará por mis muslos llegando al suelo, no era real lo que sentí, pero si lo fue, mis brazos me dolían de no poder moverlos como me hubiera gustado, pero la atadura me lo impedía, el placer era tal que no importó.
Esa sesión primera fue el comienzo de algo nuevo para mí, mi liberación sexual.
Paris me enseñó con él, aprendí a sentir el sexo de una forma que nunca pensé que existiera.
© Campirela_
Mil gracias Dulce , fue una experiencia y lo cierto es que el amor y el sexo se pueden ver de muy distintos primas, siempre he dicho que lo que ocurre en una habitación solo es de dos y sus códigos los ponen ellos. Un placer estar en la habitación violeta, Gracias siempre. Besos
ResponderEliminarGracias a ti por atreverte, nada de malo hay en el amor y el sexo cuando no se daña a otro de manera de manera intencionada. Mi placer haberte tenido en la Habitación Violeta.
EliminarBesos dulces Campirela.
Um dia um homem foi a tribunal por ter batido/maltratado fisicamente a sua mulher, deixando-a com nódoas negras no corpo. Alegou em tribunal que não tinha agredido a mulher, mas sim, feito sexo na forma BDSM que ela adorava e ela pedia-lhe para lhe bater pois só assim atingia o orgasmo. Foi ABSOLVIDO.
ResponderEliminar.
Cumprimentos poéticos.
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Esto ya lo leí en el blog de Campirela, pero gracias por traerlo aquí ya que así puedo responderte. Lo que expones no sé si es una broma o algo real, solo puedo decirte que si un hombre va a juicio es porque hay una denuncia y habiendo denuncia ya hay algo indebido, el maltrato físico nunca será catalogado como BDSM, solo por la ignorancia de quienes no logran comprender los límites de una actividad consensuada y enmarcada en el consentimiento mutuo. Yo jamás agrediría a mi pareja, aún compartiendo prácticas D/s. El maltrato se puede amparar en muchas formas. Por último yo espero que si vienes leas lo publicado y comentes sobre ello. Espero no haber mal entendido el comentario, aunque tampoco me suena adecuado a lo que Campirela ha escrito.
EliminarBello relato el de Campi, en su día lo leí, me encantó en cada detalle y en su forma, en esta temática que cada vez se ve menos.
ResponderEliminarBesos para ambos dulces y me alegra por tantas participaciones.
Ciertamente es como dices, cada vez se menos esta temática sobre todo en los blogs, pero ya sabemos que no es una rareza, solo que aún hay muchos prejuicios.
EliminarBesos siempre dulces Corita.
Vuelvo a felicitar a nuestra Campi, por este relato tan bien detallado y graficado. Me encantó. Felicidades, chicos ☺️☺️
ResponderEliminarMil besitos llenos de cariño para cada uno y Muy Feliz tarde ❤️❤️
Cada vez se mueve mejor en los relatos Campirela y nos ha sorprendido con esta temática, a ver si no es la única vez.
EliminarBesos muy dulces Mi Querida Auro.
ufff...ya fue un abrir boca el párrafo de la habitación violeta... Preciosidad y sensualidad a tope! besos a ambos.
ResponderEliminarApenas un bocadillo, este es el pastel completo a cargo de Campirela.
EliminarBesos dulces Lunaroja.
He sido estigmatizado con este relato, que ni te lo creas Dulce....
ResponderEliminarni que fuera el marqués... jajajaja..... no me va, pero el sólo imginarlo... dios, quién me manda.
Tratándose de sado, los estigmas no son nada extraño ;)
EliminarSensual relato me gusto como ella descubre nuevas sensaciones. Te mando un beso.
ResponderEliminarMe encanto el relato de Campirela
ResponderEliminarEs la idea siempre en el placer, descubrir nuevas sensaciones, sin son dulces mucho mejor.
EliminarUn beso dulce para ti.
Campirela, como siempre, se lucio en su relato. Fue y es un placer leerlo... Saludos amigo Dulce.
ResponderEliminarConcuerdo con tus palabras Sandra, Campirela se ha lucido y además iniciándose en la D/s.
EliminarUn beso dulce.
Muy buen texto. Un beso.
ResponderEliminarQue lo hayas disfrutado Rocío.
EliminarOtro beso dulce para ti.
La curiosidad y el amor son (o, deben ser, en mi opinión) los motores del mundo. En cuanto al relato de Campirela... WOW. Ha sido genial leerla también en este ámbito. Erótico y ardiente. Me encantaría leer más sobre Paris y Pandora ;)
ResponderEliminarUn besazo enorme para ambos.
Sobre todo el amor y todo aquello que nos mueva a algo mejor. Y quién sabe si de aquí nacen personajes para futuros relatos, todo puede ser en el placer ;)
EliminarOtro dulce beso Señorita.
Wooo...un relato bellamente descriptivo y sensual. Besos a los dos
ResponderEliminarQue lo hayas disfrutado Hanna, aunque por tu expresión, seguro que así fue ;) Faltó tu relato esta vez.
EliminarBesos dulces para ti.