Nunca supo nadie de la lluvia que mojaba sobre el frío calando hasta lo más hondo. Solo ella estaba allí para saberlo, para aspirar el aire gélido de cada mañana aferrada al eco de su nombre.
El paisaje alrededor era desolador, extrañaba el bullicio de la urbe, pero había llegado el momento de mirar adelante, de soltar el lastre y dejar atrás lo que había existido y ya no era.
Antes de partir, decidió dejar un mensaje por si alguien más aún respiraba en algún lugar y sentía como ella. Entonces escribió...
"Cuando se cree en algo, ya desde ese instante se comienza a hacer cierto" (Esperanza)
© DUlCE