Aguamiel.

Subo al colmenar

donde la miel rebosa

y lozana se derrama

diluida como cascada

hasta mi garganta.

Cuando te abres

fecunda y esplendorosa

para libar de ti

con ansias de beber

tu frescura aguamielosa.

Hechizo.

Deseada visión

la que se dibuja en tu prodigio

convocando a mis demonios

en torno a imágenes perversas.

Posees el hechizo

del azur profundo más soñado

y el asombro envolvente

brota constante de tu ser.

Eres la codiciada ambrosía

que atesora el fruto prohibido,

la virtud esplendorosa

que secuestra mi alma.

Tacto.

En los húmedos cantos

que residen entre pliegues

se expande su sonrisa

dando la bienvenida

a mi tacto gentil que abre

los postigos de sus defensas.

Solícita me cobija

contrayéndose ante mis favores

que pide, que clama

con urgencia necesaria

desde sus entrañas,

sollozantes al ser profanadas.