Ante una atrevida invitación hay pocas opciones, o se acepta o se rechaza, pero cuando se ha estado antes en La Habitación Violeta se sabe que aceptar es la mejor opción. Y ella aceptó una vez más.
Auroratris nos cuenta la séptima sesión ...
Mi gratitud Mi Querida Auro por no faltar.
Besos muy dulces.
ACEPTOImaginarle es ver la oscuridad, el color púrpura suspendido en el paisaje, la voz, sí, la voz susurrante y atrevida tras la mano tendida invitándote a una aventura. ¿Eres capaz de aceptar? A veces, hay que cerrar los ojos y adentrarse en ciertos misterios para experimentar sensaciones inimaginables o inexplicables.
Un salón de juegos se abre ante mí, en el centro, capitaneando la sala, se encuentra Él. No, no lleva el típico traje de ejecutivo, apenas puedo apreciar su atuendo porque la luz no alcanza y es su aliento lo primero que siento circundando mi cuello.
He perdido la vista tras un color indescifrable, la seda quita los sentidos, y soy la docilidad personificada bajo su poderío. Me ha robado el tacto al repartirlo por los puntos cardinales que ofrece una mesa noble. No hay doblez en mis rodillas, pero la inclinación de mi espalda es ofrecimiento para el despertar de un juego erótico.
Los tacones no sostienen el vértigo que padezco al sentir la cercanía de su cuerpo. Todos los nervios de mi piel se han concentrado en la yema de sus dedos y soy carne erizada, poro abierto dejándose llevar por el experimento de caricias extrañas.
Los animales no oran a la hora del sexo. Yo soy ofrenda en sus fauces y Él… El Maestro.
© Auroratris