sábado, enero 25, 2025

El Baile por JP.Alexander IV.

En noche vieja
abrió con curiosidad
el libro prohibido
de los dulces placeres
y fue en La Biblioteca
donde encontró la respuesta
a sus incipientes deseos.

- © DUlCE -


Mi gratitud JP.Alexander por este encuentro
de dulces placeres.
Besos dulces.



Baile de Máscaras en el Salón 2024-2025. El libro prohibido de J. P. Alexander

 Hola,  ¿Cómo están?  Hoy les  traigo una entrada muy  especial.  



Fui invitada  al  baile  anual  de mascaras  que organiza  León del  blog  El dulce  susurro  de las palabras. 



Si desean  conocer más del  baile   les  dejo  el ; Link

Esperó  que este corto  relato  sea de su agrado. Esta ambientado en noche  vieja.  

El libro  prohibido



No  hay nada más  mágico que una  biblioteca.  Tal  vez,  porque es luminosa , tiene un olor  peculiar a los libros y algo más, es  cómoda, silenciosa  y llena  de libros.    Te puedes perder  en ella   e  ir   a un sin número  de lugares  gracias  a los libros.

Soy  algo tímida  y  solitaria.  Por  lo que   a veces prefiero los libros  en lugar  de  las personas. 

Un  libro  tiene  tanto  poder   en cada una  de sus  hojas  te  puede llevar a una  época diferente  o   a  otro mundo.  Te  puede hacer llorar ,  reír  y desear  lo  que   ni  siquiera  se  te hubiera  ocurrido  de  no haber   leído  sobre ello. 

Tal  vez  por  eso  me  sorprendió  tu invitación   a  tu bello  castillo.  Lo deseaba y lo esperaba, pero  igual  me  sorprendió que pensarás  en mí.  Mi  corazón  latió más  fuerte   al leer   la  tarjeta    y  el poema  que me  escribiste.

Lo  volví  a leer   en  voz  alta  en  la  soledad  de mi  biblioteca. 

Ven  a mi  castillo

vuelve  a la  magia 

al  deseo.

Ven y  baila  una  vez  junto  a mí  

esta nochevieja . 


Fui  a  tu  castillo  vestida  de  negro  con el corazón latiendo  muy  fuerte   y  con  el deseo   de perderme en  tus  ojos  dorados  mi  querido León,  mi dulce  poeta.

Cuando  llegue  el  baile  estaba  en   pleno  apogeo  te  vislumbre  en el  salón  rodeado  de   bellas  mujeres como siempre  en lugar  de entrar   allí  y  bailar  al  compás  de la música.

Camine por  el pasillo  y me refugie  en tu  biblioteca, la misma que me mostraste    dos  años  antes  cuando por un poema   me llevaste  a soñar  y amar. Ahora  en la soledad de  esa  habitación llena  de  libros  y  sillones  de  cuero me  siento a  salvo.  Percibo  tu  olor    porque  al  igual que para  mí  este lugar  es  tu refugio.  Este  lugar  es  donde  creas  poemas  que  desafían  la imaginación  y  el deseo. 

Voy al escritorio esperando encontrar un poema suelto, pero encuentro  un libro con   cubierta  violeta  y  en   está  escrito mi nombre.  Sonrió,  busco   tu  sillón  favorito.  

Él que tiene  vista al jardín  desde ahí puedo  ver   algunas   parejas  bailando y disfrutando  del  baile. Siento  tu olor impregnado en el sillón y suspiró deseando  verte.  Tomó  el  libro me siento cómoda  y me  dispongo  a leerlo. 

Cuando     abrí  el libro  la puerta  de la  biblioteca   se    abrió.   Entraste  como un  gran  felino  a punto  de  comerme.  Me estremecí  de miedo y de deseo. 

 — No deberías leer  eso.

 — ¿Por qué?   —  Tomó más  fuerte  el libro.  Ahora que estaba  prohibido  deseaba leer  con más  ganas de ser posible. 

 —  Es  tu  regalo de reyes.

Acaricie  el libro  con  deseo.  Me miraste  y me  diste  una sonrisa  lobuna. 

 — Debes ser  castigada  por  tomarlo y no  ir al baile. 

 Abrí los ojos  con  sorpresa  —  ¿En serio me  vas  a castigar?

En lugar de responder me preguntó   —  ¿Por qué no  fuiste al baile?

Baje  los   ojos  — No pensé que  te dieras  cuenta de mi ausencia.  Estabas  rodeado    de una  multitud   de  admiradoras.

 Él se  rio y se acercó  a  mí  .  Me  tomo  de la  barbilla.

 — Te extrañe. 

Lo miró incrédula, pero  me siento  feliz por  dentro,

—  No hay nadie que  ocupe  tu lugar.—Se inclinó de nuevo hacia delante, presionando su palma sobre mi mejilla y mirándome con sus profundos dorados. 

Su mirada parecía engullirme por completo, atrayéndome. No pude escapar  de su  atención.  Así el mundo  se  destruyera. Nada  podía alejarme de  ese lugar.  Contuve la respiración esperando que  me  besara

—   No  puedo seguir   ignorando lo que siento  por  ti. Eres  una mujer hermosa, por dentro y por  fuera.  —  Luego de decir eso  me besó.

Fue un beso lento y apasionado, atrayéndome con sus labios. Sus manos se acercaron a ambos lados de mi cara, inclinando mi cabeza para que encaje mejor con él. Podía sentir el deseo agitándose dentro de mi pecho, suplicándome que hiciera mis fantasías realidad. 

Entonces se apartó y me sonrió.

—Eres tan tentadora .

—Ah, ¿sí?

—Sí. Desde la primera  vez  que  leí  tus escritos  quedé prendado y luego cuando  te  conocí  ya habías atrapado mi corazón.  Desde ese  entonces  he deseado poder saborearte.

—¿Qué te ha estado deteniendo? —pregunté, pasando mis dedos por su pelo.

Inclinó la cabeza hacia atrás para soltar una carcajada.

— Tienes  razón.   Desnúdate.

—¿Estás bromeando? —Levanté las cejas, escéptica

 —  Se  acerca a mí y me  besa. 

—  Ya  lo oíste  —dijo—. No puedo esperar a ver cómo eres bajo ese  vestido. 

Trague  saliva   con  deseo  y  algo  de miedo.  

—Entonces ¿Qué esperas? — Me miró   con  sus  ojos  dorados  como  si  fuera a quemarme. 

Lentamente  deslice  el  vestido  negro que  llevaba  dejándome  solo con un sostén  y  bragas de encaje  negro.  

Fue  él momento en que  él  tragó   saliva.

—  Mierda,  eres  tan tentadora. 

Tal  vez, estuviese  tan nervioso  como yo. 

— Dije  que te  sacaras  toda  la  ropa antes  de  que  se me  ocurra  un  castigo para ti. 

Pero aun seguía al mando

—Por supuesto. —Le sonreí con malicia.

Lo  hice   y sus   ojos  miraron mis  senos  y    parecía  que  sus  manos  tocarían  mis pezones.  Pero no lo hizo. 

— Deseo  saborearte  toda  y luego  deseo    que seas mía una  y otra  vez.  Pero antes  tienes  un castigo.

—  Un castigo — titubee. 

—  Por  abrir  tu regalo de reyes  antes que te lo regalara. 

Me estremecí de deseo .  Ante el juego que íbamos a  jugar. 

—De  rodillas y  con las manos  en la espada. 

Obedecí mientras  él   se  acercaba  hacia  mí  y  se quitaba   abría  su pantalón. 

Trague  saliva  deseando  ver  su miembro  grande  y  grueso.  En  ese  momento   12  campanadas  inauguraron el  año nuevo y mi nueva aventura comenzaban  trayendo  deseos  que nunca  hubiera  pensado que pasarían  en esa mágica biblioteca.

© JP.Alexander

jueves, enero 23, 2025

El Baile por Lunaroja V.

Inesperada
palpitando el deseo
en su sigilo de Loba
y arrodillada mansa
esperaba
el secreto encuentro
con el León que acechaba. 

- © DUlCE -


Mi gratitud querida Lunaroja
por este encuentro de fieras.
Besos dulces.


LA INESPERADA

Yo soy la inesperada. La de cabellos de plata y la del blanco vestido.
Como una luna.

Sacerdotisa iluminada en esta noche.

Espero.

Arrodillada entre las plantas fragantes del claustro donde mora El León.

Su Dominio secreto, en este castillo misterioso.

La luz de la luna impacta en mi cuerpo. Soy estatua de plata, una Loba acerada, a la espera, de rodillas, ofreciendo mis dones. Palpitando entre las hojas.
Respirando el perfumado aire de la noche que emana sensualidad y gozo. El castillo iluminado sutilmente, brilla.

Espero.

Las preciosas invitadas van llegando formando un esplendoroso arco iris de color con sus fastuosos vestidos. Sonríen y murmuran entre ellas, intentando adivinar donde se esconderá el León.

Nadie percibe mi presencia, nada se mueve a mi alrededor, exhalo suavemente el sutil placer anticipado. Las Lobas sabemos esperar.

Nada se mueve en la noche, el castillo se ilumina intensamente y se oye música. Comienza la fiesta y el juego. Donde se oculta el León?

Espero.

Todo mi cuerpo vibra y se conmueve, la oscuridad es mi aliada, es ella la que me da brillo.

Mis pechos y mis caderas en vigilia tiemblan, quiero aullar.

Desde una de las ventanas un movimiento de cortinas deja ver Su sombra.

Sabe que estoy.

Espero.

Sé que me ve, en ese resplandor que se crea a mi alrededor a la luz de la luna. Mi blanca figura y mi melena de plata esparcida por mi espalda. 

Su propuesta para esta invitación es encontrar su escondite y disfrutar de un encuentro secreto.

No tengo que buscarlo, cuando se abran las puertas del castillo, y en el contraluz se recorte su majestuosa figura, sabré que sus pasos vendrán a mi encuentro.

No es mi victoria. No es la suya. Es el encuentro de dos fieras. Solo triunfa el deseo.

Espero.


© Lunaroja

martes, enero 21, 2025

El Baile por Dafne Sinedie VII.

Cual vampiresa
hizo acto de presencia en El Salón
paralizando el tiempo,
provocando el suspiro.
Y de sus manos
un regalo especial me concedió,
un reloj de arena
que cambió todo para siempre.

- © DUlCE -


Mi gratitud Mi Adorada Dafne por tan significativo regalo.
Dulces Besos de tarte tatin.



EL BAILE DE FIN DE AÑO

 


EL BAILE DE FIN DE AÑO 2024


     El último año había sido una locura, pero en todo momento me sentí acompañada por mis amistades bloggeras, particularmente por Dulce, y a pesar de los meses de ausencia, esperaba con ilusión regresar en las vacaciones de Navidad y recibir su invitación para su famoso Baile de Fin de Año.









      El Baile del año pasado había sido muy especial, con toda una revelación en El Confesionario.
      Para el Baile de este año escogí el siguiente conjunto: un corset de encaje que dejaba al descubierto mis hombros y mi escote, una falda de tubo de cuero y unas botas altas de tacón de aguja, estilo Mistress; lo único que me faltaba era el látigo, pero prefería dejarlo en casa, pues ya había un Dom en el castillo. Me cepillé el cabello y lo recogí en un moño alto, de modo que quedase expuesto mi cuello, mis orejas y el filo de mi mandíbula. Las orejas las decoré con varios aros y piercings, mientras que alrededor del cuello abroché un collar de púas. Asimismo, escogí cuidadosamente el maquillaje; base pálida para la piel, los ojos contorneados de negro y los labios rojos como la sangre. En esta ocasión la máscara para asistir al Baile era blanca con bordados dorados.
     Me envolví en un abrigo largo de cuero, cogí los regalos y bajé a la calle. Esta vez me esperaba el ronroneante Ford Mustang. El chófer me abrió la puerta y me acomodé en los asientos.
    Observé cómo abandonábamos la ciudad a través de las ventanillas y el viaje se me pasó volando mientras bordeábamos el bosque por las carreteras. Entre mar y montaña, se alzaba el majestuoso castillo de nuestro anfitrión.
     Antes de las diez llegamos a la fortaleza de piedra. El corazón me dio un vuelco por la emoción al comprobar que en la entrada ya había aparcados otros coches, incluido el Cadillac de otro Baile.
     El chófer me ayudó a bajar. Los leones de la entrada me dieron la bienvenida y le enseñé mi invitación a uno de los porteros. Al igual que los años anteriores, me dejaron pasar con un asentimiento y me desearon una feliz velada.
     Guardé mi abrigo en un ropero en la entrada y pedí que llevasen a Dulce uno de los regalos; el otro lo guardé a buen recaudo. Después de tantos años, ya conocía el camino hasta el Salón principal.





     El Salón era negro y rojo, con las luces parpadeando al ritmo de la base de la música. Me recorrieron escalofríos y mi cuerpo se movió a su son. 
¿Por qué esperar a la otra vida?
Podrías vivir en mi paraíso.
Desearía que tuviéramos un poco más de tiempo.
Para el viaje salvaje.
     En las mesas circundantes pude encontrar manjares de todas las partes del mundo; empanadillas exquisitamente rellenas, asados, sushiramen, ensaladas... ¡Ni qué decir de las bebidas!
     También pasé largo rato charlando con Mag, María, Cora, Campirela, Ginebra, Flor... Era como un hechizo: una vez al año, podía coincidir en el espacio y en el tiempo con mis maravillosas amistades bloggeras. Poco tiempo después Dulce nos dio la bienvenida junto con su acompañante de siempre: un enorme león.
    Con su profunda mirada, nos propuso el juego de encontrarnos en alguna de las habitaciones. Y en un parpadeo, desapareció de nuevo.
    Sonreí para mis adentros, sacando la llave maestra que había conseguido en el Baile de 2022, y me dispuse a dar un paseo por el Castillo.
     Encontré a nuestro anfitrión en La Biblioteca, sentado en un sillón con el libro de Drácula entre las manos, como no podía ser de otra manera. Sin embargo, no fui a su encuentro en el momento, sino que me tomé mi tiempo paseando entre las estanterías hasta que encontré el tomo que me interesaba.
     Carmilla Dulce me sonrió con complicidad al reconocerlo. Le guiñé un ojo.
     Me planteo como Propósito de Año Nuevo leerla de una vez. ¡Oh! Ya veo que te han traído la tarta.
     —Estaba esperándote para compartirla.
     Mientras degustábamos un trozo de Tarte Tatin acompañado de un vino tan rojo como la sangre, nos pusimos al día de nuestras vidas.
     —Este año has completado el ÆvumDulce. Son casi 500 entradas escritas en 10 años, ¿sabes? Y tú las has leído y comentado en poco más de la mitad de tiempo. Eres el primero que lo consigue, pero supongo que eres el más indicado, dado que eres un vampiro.
      —Es un placer leerte y comentarte, Dafne.
      —El placer de contar con tu compañía es mío, Dulce.
      Brindamos con júbilo, y entonces añadí:
      —Por esa razón, además de la tarta te he traído un regalo muy especial.
      De entre los pliegues del corset extraje un Reloj de Arena que se caracterizaba en que la arena fluía hacia arriba.
     —Se trata de un artefacto procedente de un reino muy lejano, Adastræ; estoy segura de que has oído hablar de él. Dulce asintió y proseguí con mi explicación—. Gracias a mis contactos con el Príncipe Berilio y la Princesa Edelweiss, les encargué que me fabricasen un par. ¿Adivinas cuál es su función?
      —Me la imagino, pero prefiero que me lo descubras tú.
     —Es como una llave maestra para mi espacio indefinido en el tiempo. Te permite romper unas cuantas leyes de la física y de la realidad, sin llegar a trastocar el equilibrio del Universo.
     Le entregué el Reloj de Arena decorado con un lazo morado.
     —Es todo un honor y agradezco el regalo de todo corazón, querida.
     Apuramos nuestras copas, terminamos la tarta y cambiamos de año realizando una de nuestras actividades predilectas: leer.





Mil gracias por la invitación, Dulce.

¡Feliz y próspero año 2025!