miércoles, febrero 12, 2025

El Baile por Marina VI.


Finalmente llegó
venciendo a la duda,
vestida de nubes
y acompañada de la Luna.
De mi mano se dejó llevar
y ya no le bastó
con solo mirar.
 
- © DUlCE -


Muchas gracias Marina
por no perderte Mi Baile y llegar a la cita.
Besos dulces con mi cariño.

VESTIDA DE NUBES Y LUNA


Llegó por el aire cubierta de nubes, jugando con la luna, una invitación juguetona y traviesa. No se detuvo en el buzón, eso habría sido demasiado mundano, se coló por debajo de la puerta, empujada por un viento suave y amistoso que la elevó por encima de la lámpara. Allí me la encontré, de conversación con las arañas.
"VEN AL BAILE". El baile, así, sin más aditamentos ni nombres añadidos. Con nombre propio y único.
Este año mi mente estaba perdida en una bruma recóndita y pensamientos entristecidos, pero mi curiosidad es quien manda y su poder no se discute...solo fui a mirar.

Con mi escoba nueva, recién estrenado, veloz, silenciosa, repleta de extras y opciones increíbles, llegué, sin ser vista, al Castillo imponente, cuyas torres se perdían en la elevada negrura de la noche.
Carruajes impresionantes cubrían el largo sendero, de ellos bajaban damas semiocultas por máscaras, capas y crujidos de sedas, sólo las risas y los murmullos nerviosos destrozaban los silencios de la noche.

Y comenzó el baile. Sentí cómo los pentagramas con sus notas saltarinas y sus acertadas claves, volaban de la orquesta a la ventana, vi, cómo se abrían las hojas cristalinas formándose un camino ligero, inestable y , ciertamente incitador de sensaciones.
Alguien lo observaba todo con cierta impaciencia.

Un lacayo enfadado por mi presencia me llamó por mi nombre, cosa que me dejó perpleja. Me comunicó que tenía que entrar ya porque las puertas se cerrarían en pocos minutos.
Miró mi escoba y mis ropajes de bruja nocturna y su mohín indicó que no aprobaba mi aspecto.
 
Me di cuenta que de nada iba a servir decirle que solo iba a mirar, que no tenía intención de entrar... 

Miré el camino musical y me decidí. Ante la atónita mirada del guardián de la puerta el conjuro  hizo su función y un vestido de nubes y rayos de luna se apoderó de mi cuerpo y, cuál Cenicienta, con unos zapatos de cristal, me subí a la clave de sol y entré al baile.

El Caballero del sombrero de copa me agarró de la mano y tiro de mí, escaleras arriba 
- Ya sabía que entrarías, está en tu naturaleza.
Qué podía decirle, sino dejarme llevar. Abrir aquella puerta al final de la escalinata, que esconde secretos y pasiones, sentir y disfrutar la música, preludio de una gran noche.

© Marina

lunes, febrero 10, 2025

El Baile por Tracy III.

De mi color favorito
se vistió para complacerme,
no la detuvo la lluvia,
ni tampoco el tiempo
solo las puertas
que le privaron
de un dulce encuentro.

- © DUlCE -


Mi gratitud Tracy
por traer tu buen humor a Mi Baile.
Un beso dulce.


EL BAILE DE DULCE


 Como la magia todo lo puede he conseguido retrasar el reloj hasta el día 31 de diciembre y recibir al nuevo año 2025 como se merece, asistiendo a tu baile de fin de año.

Voy a recoger mi invitación y enterarme de las normas de protocolo que habías puesto, si es que las hubiera.


parece que no hay normas así es que voy a probarme un vestido   morado, porque sé que ese color te gusta mucho, a ver qué tal me está, porque los excesos navideños se han dejado notar.
 En último lugar llevaré el antifaz y el paraguas, que para ambos no se necesita tener en cuenta la báscula.







Ya me lo probé y me está perfecto.
Voy para el Palacete. 
¡Vaya....! la puerta está cerrada, no me ha servido de nada venir lo monísima que vengo. Se conoce que tus lacayos se han ido a dormir pensando que ya no llegaría nadie.
Por favor no les amonestes demasiado, que lo de encontrarles sustitutos, está poniéndose difícil, además he sido yo la que me he pasado llegando un mes más tarde de lo previsto. 
Lo que siento es que con lo "terminaíta" que he venido, no me vas a ver y te advierto que mejor que sea así  porque me está lloviendo lo que no estaba previsto y el paraguas de encaje que elegí para la ocasión deja pasar el agua como si fuera que un colador.
Así que me voy a casa  y espero llegar a tiempo al próximo baile que me invites, que será el de Carnaval ¿no?
Mil disculpas. 
Con cariño

sábado, febrero 08, 2025

El Baile por María II.

Robándole minutos al tiempo,
queriendo anticiparse
a las campanadas
asistió al encuentro
que le quitaba el sueño,
pero un año más
se resistió
a cumplir su más dulce deseo.   
 
- © DUlCE -


Mi gratitud María por a pesar de todo
intentar llegar a tiempo :)
Besos dulces.


SIEMPRE TARDE.

Como cada año, las campanadas de media noche la pillarían corriendo escaleras abajo sobre aquellos altísimos stilettos que si no los llevara enfundados en sus pies, parecían brillantes punzones de hielo… Antes de salir, retiró con un gesto felino la espesa melena que chorreaba sobre sus hombros. Sujetó con las dos manos el escote palabra de honor y tiró fuerte de su ajustadísimo vestido hacia arriba. Luego, cogió apresuradamente su bolso de mano, cerró tras de sí la puerta y corrió hacia su coche. Encendió el contacto, pisó el acelerador hasta el fondo y mientras con el volante dibujaba la línea central de la carreta y sus ojos se acostumbraba a la oscuridad de la noche, su cabeza intentaba encontrar una excusa creíble que justificara el por qué de su retraso. No sabía explicar por qué le imponía tanto aquel enorme León, que sin embargo resultaba extremadamente amable, dulce y cercano. Su mirada noble, le confería la certeza de que nada malo podía ocurrir a su lado y a la vez, su presencia le intimidaba. No se sentía cómoda ante alguien tan exultante y seguro de sí mismo, esa sensación le generaba inseguridad y por eso, posponía una y otra vez, aquel encuentro desde hacía tanto. Pero aquella invitación era ineludible y esta noche, por fin se encontrarían.

Sabía que a la invitación acudirían más invitados, lo que no sabía era si todos coincidirían a la vez y en el mismo lugar o aquel misterioso León, les tendría preparada alguna de sus enigmáticas sorpresas. Cada vez que las ruedas perfilaban una curva, el chirrido de los frenos rompía la quietud de aquella apacible noche y su mente se zambullía en todo tipo de especulaciones sobre lo que podía esperarle al llegar .. Quizá al abrirse el enorme portón de la mansión a la que se aproximaba, la inundaría el brillo y bullicioso sonido de la multitud – pensar esto le daba tranquilidad- o por el contario, al abrirse aquella pesada puerta el silencio rasgara la oscuridad tenue en la que debería adentrarse conteniendo la respiración… Tal vez al llegar, acudirían a su encuentro sus queridas MARINA, MILENA, MARÍA DORADA y AURO…¡hacía tanto que no las veía! ¡Debió llamarlas antes de salir!.. ¿por qué no lo hizo? Siempre a última hora, sin tiempo… Siempre deslizándose de puntillas sobre el filo de la navaja.. En fin, en pocos minutos sus dudas se despejarían .. Encaró la última curva y enfiló la recta que ascendía por la pendiente que apareció tras la enorme verja que daba acceso a la finca. Aparcó y salió del coche.

Se sorprendió al no ver ningún vehículo aparcado en la inmensa explanada que se extendía frente a la imponente mansión. Respiró hondo y comenzó a caminar clavando decidida sus afilados tacones sobre aquella gravilla resbaladiza. Las estrellas jaspeaban un cielo tan negro como su vestido. El brillo de la luna se reflejaba en sus hombros, el vertiginoso escote de su espalda y las piernas que asomaba alternativamente por la infinita abertura del vestido y aun más cuando ascendió las escalinata ..
Su corazón trotaba y sentía su pulso acelerarse…

Por fin llegó hasta la puerta y sus ojos se agradaron clavándose en lo que vio.

Una pequeña nota con caligrafía inglesa, escrita a plumilla se balanceaba con la suave brisa que corría en ese instante … y atónita leyó:

“ María, llegas con una semana de retraso. El próximo año -si es que te invito- te indicaré fecha y hora, una semana antes para que llegues a tiempo, desastre! ”.

© María