El baile
Doctora, le han dejado paciente, el del 204 no puede miccionar y requiere una sonda, es un hombre mayor, de 62 años; y el doctor de la guardia anterior no quiso atenderlo.
¡Vamos!, me escucho decir, no sin antes recordar las treinta horas continuas que llevo de guardia y de paso a la madre que parió al doctor anterior que no hizo su trabajo, ¡valiente salida y entrada de año!. Reviso el expediente para ponerme al día. Don Ángel, cómo se siente
Mal, no he podido orinar desde ayer en la noche; y ya es otra vez de noche.
No se preocupe, le colocaremos una sonda para ayudarlo mientras nos llegan sus resultados, va a tener que descubrirse, Don Ángel lo hace.
No se crea, doctora, así como lo ve de arrugadito todavía funciona y me lanza una mirada libidinosa que me incomoda, e insiste en su argumento de su tamaño y vejez. Si yo le contara, este amigo era un roble, frondoso y rebosante
Haciendo oídos sordos le informo, Don Ángel, esto puede doler
A mi roble nada le duele, pero tenga cuidado al tocarlo, porque es muy coscolino.
Introduzco la sonda sin muchos miramientos, observo en su rostro la sonrisa desvanecida y veo aparecer una mueca de incomodidad, mientras pienso y vuelvo a recordar al anterior doctor.
¿Dolió?
Con una voz salida desde muy hondo articuló algo ininteligible que fue reforzado con un movimiento en negativa de cabeza.
Un líquido concentrado se dejó fluir y Don Ángel empezó a hacer ruiditos extraños, luego de un momento, su cuerpo empezó a relajarse.
La una y treinta de la madrugada... llega el relevo que me cubrirá por unas horas.
Corro al estacionamiento, en el trayecto, no hago caso al frío demoledor que penetra hasta las entrañas, voy despojando mi cuerpo de su abrigo hasta quedar solo con el quirúrgico, empujo todo al asiento trasero, incluidos los zapatos que ahí, estando de pie, me he sacado.
Detrás del volante voy sacando el resto de las prendas y en un embotellamiento me pongo el vestido, tomo un momento para observarlo, sí, definitivamente, es un vestido fucsia hermoso, el claxon de un desesperado me saca del embeleso y avanzo.
En este castillo de ensueño, entre sus paredes frías camino decidida; y en cada paso con esos tacones que parecen clavos ardientes en mis pies henchidos y doloridos, recuerdo los malabares que tuve que hacer para llegar a (des)tiempo a tu guarida.
Se escucha música resquebrajando las paredes, llenando el ambiente con las cálidas notas, conforme avanzo, una panorámica oscura va engullendo la luz, es como entrar en un túnel, o estar perdida en lo más profundo de la noche, ligeros tonos violeta se degradan, ensombreciendo aún más el recinto.
¡La llave...! me escucho (mal)decir. Aspiro hondo y retengo, resistiéndome a dejarlo salir y así me quedo hasta lo último, al darme vuelta para regresar sobre mis huellas, veo tu rostro sereno y a punto de romperme me dejo caer en tus brazos.
¡Tranquila!; ya estás aquí, anda, busca en la bolsa del pantalón, tengo tu llave secreta
Al abrir la puerta secreta, el sonido de una música avernocelestial se deja sentir, escucho tu voz, como susurro profundo
Te prometí dos bailes al llegar, me dice; y en ese momento envuelve mi cuerpo en su cuerpo, me siento volar... en ese momento me doy cuenta
¡Diantres!, olvidé sacarme el pantalón...
Y mientras, continúa la música
Muy buen relato!
ResponderEliminarbesos a los dos!
Lo es, muy bueno, Vero escribe buenas historias. Ya se van acabando los relatos.
EliminarBesos dulces Lunaroja.
Me encantan los textos, por supuesto. Pero también las imágenes que los acompañan. Un beso y feliz fin de semana.
ResponderEliminarEn este caso las imágenes van por mi cuenta, que bueno que te gusten también, es la idea, presentar algo bonito.
EliminarBesos dulces Rocío.
Muy bueno , si señor, me gusto como fue encaminada toda la historia, tiene su gracia, y como no ese toque pícaro de don ángel y ella con su vestido lindo y el pantalón ajajá. Un besote para ambos.
ResponderEliminarToda una aventura la de Vero para poder llegar al Baile, lo importante es que llegó, aún con el despiste de los pantalones :)
EliminarBesos dulces Campirela.
Es un realto intenso con un toque osado. Me gusto mucho. Te mando un beso.
ResponderEliminarLa osadía no puede faltar cuando se trata de un Baile lleno de sensualidad.
EliminarUn beso dulce para ti.
Un relato con un comienzo muy interesante, no sabía por dónde iban a ir los tiros con la versión de Verónica *.*
ResponderEliminarLa canción del final la conocía. Coeur de Pirate es de mis grupos favoritos en francés <3
¡Besos dulces para ambos!
Un comienzo caótico, pero tuvo buen final y logró llegar al Salón. Será que tienes el corazón de pirata por eso la conoces ;)
EliminarUn dulce beso más.