Ir y venir.

   Ir y venir,

tal como la marea se acerca a la orilla

para acariciarla, mojarla

y volver a retirarse para empezar otra vez.

El constante ir y venir,

igual que el día

que se funde con la noche al atardecer y amanecer

para esperar el momento de hacerlo nuevamente.

Así me haré parte de tu cuerpo

en un ir y venir ascendente de placer

para volverme marea y tú mi orilla

y empezar otra vez.
 

 

 

Tu recuerdo.

El sabor de tu recuerdo

es igual a la excitación

que solías despertar en mis sentidos

con tan sólo oírte cerca.

Era la suavidad de tu voz

similar al roce de tus labios

y al deseo constante de perderme en tu cuerpo

ese anhelo manifiesto de mi parte

que hacía a tu corazón agitarse en silencio

y humedecía hasta el rincón más virgen y secreto.

Hoy el aroma de tu presencia vuelve

trayendo memorias de ardientes momentos, que no fueron.
 

 

Quiero tenerte.

Quiero tenerte en este momento,

quiero dibujar con caricias los relieves de tu cuerpo,
modelar con besos los rincones tibios

que mi boca encuentre

cuando a la deriva del deseo me hagas perder el rumbo 
y me devuelvas a la orilla de tu pecho.

Quiero ser el mar en vaivén delicado

que te envuelva de sentimiento,

y terminar inhundado de placer

con mi corazón  lleno
de estar contigo.

Quiero darte.

Quiero darte
toda una noche de luna llena
hasta que el aliento falte,
así como el aire abriga

una mañana, una tarde, una noche y más.
Hacer florecer latidos en tu corazón
con ritmo cadencioso,
hacer música en tu interior
Y que ya no exista el silencio a tu alrededor
que cada espacio se llene de tus suspiros,
porque quiero darte con intensidad

hasta la última gota de dulzor.

Propuesta.

¿Qué dices?...

Déjame un beso.

Déjame un beso

que me hable del infinito deseo

que habita en ti.

Déjalo con ternura y pasión,

como una firma que no se borre

ni con el tiempo, ni con el dolor.

Déjame un beso

grabado con tus labios sobre mi piel,

como un tatuaje  impregnado de ti.

Déjalo, hazlo,

hasta fraguar mi cuerpo con tu dulzor. 

Escoge dónde lo dejarás...

Música para hacerte el amor.

Sweet.

Y tu visita llegó,
como la brisa fresca matinal que entra por la ventana,

Sweet, susurraste

y el pronunciar de tu nombre me suena
a la estela que deja un beso

y que debe erizar cada centímetro de la piel

de sólo querer sentirlo.

En este idioma u otro, lo dulce tiene el mismo sabor,

en el de las caricias, sabe a sexo y pasión. 
 

Para ti por ser la primera en susurrarme...

Te pienso, te imagino.

Te pienso, te imagino
te abrazo abrigándote dentro de mis pensamientos,
mientras tu aroma aún impregnado en mi cama
me acaricia,
como el mar lo hace con la orilla
mojándola mansamente,
yendo y viniendo.
Con mis ojos cerrados te veo,
mi mano empuñada agita la pasión,
el suave desliz de arriba a abajo
provoca más tensión.
Mi carne deseosa de tus labios,
mi piel húmeda en cada gota de dulzor,
mi cuerpo tensado hasta el estremecimiento,
entregado al placer,
erguido y endurecido,
blanca lluvia derramándose sobre mi

colmado de excitación
y mi latir agitado que no deja de susurrar tu nombre.