domingo, marzo 25, 2012

La marea desbordada de tu cuerpo.

Te meces en olas que te cuidan y acarician,
te agitas por la pasión que te desnuda
entre deseos y sentimientos que en ti respiran.
Flotas entre la sed que tus agua sacian
y en la marea desbordada de tu cuerpo
el sentimiento inquieto se hace esencia pura.
Llegas hasta el fondo profundo
contenido en los sueños más intensos
que nacen a la luz de tu noche encendida.
Sientes el llamado carnal de tus entrañas
expresándose con vivo ardor
provocando el efluvio que resbala derretido en ti.
Y surges siempre ilusionada tras la tempestad
cobijándote en la quietud adormecida por cantos de sirenas
donde el mar que te baña cura tus heridas.
Creas un mundo de pasiones con tu sentir
y allí reinas entre calma y tormenta
para renacer desde el fuego de tu ser.

martes, marzo 20, 2012

Ojos bañados de cielo.


Desde la fantasía que trasluce la mirada
en tus ojos bañados de cielo,
desde el mundo de deseos que impera en tus sueños
donde entrar y perderse no supone riesgo.
Porque no son simples palabras las que de ti crecen,
es tu sentir con su roce que agita muy dentro,
como el nocturno paisaje de medianoche
por el cual transita el recorrido de las caricias.
Entre aromas de cuerpos deseosos
llevados de extremo a extremo
por las miradas que se buscan y encuentran
cargadas de intención y provocación.
Entre las ilusiones guardadas que escapan sin control,
hasta la ausencia que a veces inquieta
y a la deriva te arrastra intentando perderte
confundiendo en dolor.
Tantas emociones que vienen al dejarse ir
en el respirar mágico de tus susurros elfos,
perfume de tu más pura esencia
rodeado de la estela de tu aliento.

martes, marzo 13, 2012

Mariposa.


Tus alas deben agitarse con la suavidad
que se agita el deseo en tu cuerpo
y tu corazón debe hacerlo de la misma manera
cuando acompaña tus sentimientos.
El colorido de tu atavío
ha de embellecer la fragilidad de tu movimientos,
cuando danzas entre flores perfumadas.
a la luz del sol en días de primavera.
Y en la crisálida de tu intimidad
te cobijaras serena para sentir tu esencia de mujer,
llena de vibraciones que recorrerán
de extremo a extremo cruzando tu piel.
En tu vuelo suspenderás el tiempo
como se suspende el roce al amar,
desafiando tu cuerpo libre la brisa ligera
entre el ensueño de la humedad matinal.
Mariposa que revoloteas en mi jardín de rosas,
imagino que reflejas la delicadeza de tu vuelo en tu mirada.
y que del néctar fresco que bebes
la dulzura se hace parte de tu alma.

jueves, marzo 08, 2012

Podríamos ser.


Podríamos ser dos delfines
sumergidos en la humedad profunda de nuestros cuerpos,
sometidos al vaivén de la marea
para naufragar al final del éxtasis.
Podríamos ser estrellas fugaces
viajando en una noche iluminada de luna llena
ofreciéndonos deseos
y buscando estirar el momento de brillo.
Podríamos ser labios ávidos de encontrarse
en besos que mezclan sensaciones,
reverberando en tu corazón azulado
con el sonido incesante que agita tu interior.
Podríamos ser un cuento
queriendo cruzar el límite de lo verdadero,
entre hadas, duendes y mágicos paisajes
con casas de chocolate dibujadas sobre tu piel bañada.
Podríamos ser tan sólo aliento evaporándose
entre caricias desnudas
que resbalan por el sudor mutuo
y desafían a los sentidos.
Podríamos ser el roce de un sueño
que nos lleve muy lejos
con los ojos cerrados
y no querer despertar para repetirlo.
Podríamos ser tan sólo aroma, sabor y tacto
si llego a tocarte con estas palabras.

jueves, marzo 01, 2012

El tacto de mis versos.

Anidado en la sensibilidad que trasunta tu ser,
descuidadamente al amparo de tu refugio
índigo cielo iluminado por regalarte
surcado por la inspiración de palabras y gestos.
Mezclando inocencia y desenfreno,
dulzura y pasión,
esta noche te escribo
intentando el roce perfecto.
Porque las palabras sólo son el pretexto
para llegar a la caricia
y las caricias el preámbulo
para llegar a provocarte.
Susurrante en la cercanía de tu oído
hasta que tu cuerpo me hable
de las sensaciones que te recorren,
el tacto de mis versos serán mi guía por tu piel.
Versos que acarician
como los dedos que los escriben para ti,
que al final no quede duda en ti de la dulzura
si de tu cielo hoy llueven gotas de deseo.