Es de noche, la Luna se tiñe de violeta y los espectros se liberan de las cadenas para cruzar la frontera que separa la vida y el más allá, pero la oscuridad no esconde maldad cuando las almas son dulces y con travesuras pintan sonrisas.
De una estación a otra, vuela la libélula trayendo consigo
la fortuna de su verbo.
Mi Gratitud a la Reina Libélula Ginebra Blonde por esta dedicatoria.
Dulces besos cariñosos.
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Y una vez más (pues son ya algunos los vuelos de esas libélulas que se posan en mi ventana), quiero dedicar y agradecer a Dulce, de todo corazón, esas alas que me alentaron y llenaron de belleza mi buzón: