EL VIAJERO EN EL TIEMPO.
¿De cuánto tiempo estamos hablando?
Esta cuestión me hizo reflexionar sobre el paso de los siglos, los años… El viaje de las almas, la reencarnación. No sé. Escucharla hizo que el engranaje de mis pensamientos se activara.
Un tacón fue el causante de aquél encuentro. Se rompió por obra y gracia de la divina providencia, debía suceder así, que él y yo coincidiéramos en esta época. La noche prometía misterio, el mismo que circundaba su presencia, su vestimenta no delataba peligro, pero sí cierta atención. Él vigilaba como un faro lo hace en los acantilados, el qué o a quién nunca lo sabré. Su postura tranquila se interrumpió al escuchar el sonido sordo que hizo mi cuerpo contra el asfalto. Se giró de manera pausada acercándose hasta mí, me tendió la mano, su reconfortante voz me dio la seguridad necesaria para reconocer que todo iba a estar bien.
La
pregunta del millón no tardó en aparecer: “qué hace una chica como tú en una
noche como esta”. Hubo tantas respuestas agolpadas en mi cabeza, que solo
se me ocurrió decir que había salido a tomar el fresco. Patético, pensé.
Tal vez, fue el gesto que hizo con su sombrero, o sus ademanes de caballero, o la educada atención que me prestó. Juro que, medio hipnotizada me dejé arrastrar hasta aquel lugar, en el cual con un café caliente y su sonrisa de por medio me sentí como en casa. Él lo hizo fácil. ¿Cómo que el qué? Bajar la guardia para hablar de mi pasado.
Hablábamos
como viejos conocidos. Le reconocí, no dije nada, callé mi descubrimiento y continué
como si tal cosa. Atendí a su amena conversación. Me dio paz escucharle. Era un
viajero del tiempo mucho más antiguo que yo. Su experiencia quedaba palpable en
cada uno de sus argumentos. Mi fase estaba muy por debajo de la suya.
Salimos de aquel tugurio para dirigirnos a mi apartamento. Llamó a un taxi y, efectivamente, él mismo dio la dirección. La sorpresa quedó reflejada en mi cara. ¿Quién era exactamente? Creí haberle reconocido. Me reafirmo en la creencia de que somos almas cargadas de energía acercándonos y alejándonos de dónde venimos. Pero, él está por encima de todo esto.
Llegamos
frente a la puerta de mi edificio. Retiró su sombrero a modo de despedida, besó
mi mano con un “Buenas Noches, Señorita, cuide de ese tobillo flaco”.
Volvió a subirse a aquel taxi para perderse en la noche. Creo, que todo estaba
premeditado y medido al milímetro. No, no le volví a ver. Es un viajero del
tiempo. Estoy convencida de que coincidiremos en otro momento y en otro lugar.
©
Auro
Por vezes nem temos tempo para falar do tempo que não temos e temos.
ResponderEliminar.
Saudações poéticas
..
“” Amor e Saudade ““
.
Todo un laberinto temporal. Saludos Rykardo.
EliminarUn relato precioso, un bonito regalo.
ResponderEliminarBesos para ambos🌹
Ciertamente lo es, gracias por apreciarlo también.
EliminarBesos dulces, Dakota.
Una preciosidad de regalo!
ResponderEliminarLos textos de Auro son maravillosos...y tú te mereces esos regalos!
besos
Lo es sin lugar a dudas, y es todo un honor recibir un relato de Auro como regalo.
EliminarBesos dulces, Lunaroja.
Qué bonito regalo de Auro, me ha gustado leerla aquí, así se nota menos su ausencia. Disfrútalo, Dulce.
ResponderEliminarBesos.
Lo disfruto en todo lo que vale el regalo de Auro y es un lujo que puedan leerla en Mis Dominios.
EliminarBesos dulces, María Dorada.
Que história fascinante e cheia de mistério!
ResponderEliminarA sensação de ter um viajante do tempo cruzando o nosso caminho, com aquele gesto tão gentil e aquele cuidado especial, é algo que toca a alma.
Me fez pensar nas conexões invisíveis entre as pessoas, nas energias que vão e vêm, e em como há momentos que parecem escritos no destino, com o tempo se dobrando para nos presentear com encontros inesperados.
Adorei essa mistura de realidade e fantasia, o jeito sutil como você descreveu a entrega da mão, o café quente, o conforto de se sentir em casa mesmo em meio ao desconhecido.
É um relato que abraça, que acalma e que, ao mesmo tempo, provoca aquela inquietação doce de esperar pelo reencontro, naquela outra hora, naquele outro lugar.
BEIJOS CALIENTES
El relato es autoría de Auro, yo solo soy el afortunado destinatario de tan bonito regalo que describes muy bien, fantasía y realidad van de la mano cuando escribimos.
EliminarBeijos doces, Cléia.
Y allí te plasma, con un romanticismo que se siente y llega, tiene una forma de narrar, siempre en sus relatos... con esos detalles que nos invita a soñar, me encantó, yo sigo en las nubes... un regalo precioso y muy trabajado.
ResponderEliminarBesos para ambos y siempre dulces como no ;)
Cada regalo se impregna de cariño y eso queda plasmado en ellos, el de Auro es así. Seguiremos en las nubes viajando en el tiempo.
EliminarBesos siempre dulces Mi Corita.
Siempre es un placer regalar y descubrir que el detalle es bien recibido. Gracias a ti, mi querido Dulce, y a nuestras queridas amigas.
ResponderEliminarMil besitos con cariño para ti y para ellas 💫🧡
Y hoy vuelvo a recibir un regalo más de tu parte, tu agradable visita, que espero se vuelva frecuente aquí. Gracias una vez más por tan bonito regalo y por esa mirada tuya que me enaltece.
EliminarBesos muy dulces Mi Querida Auro.
Qué bonito regalo. Estoy segura que volverán a encontrarse. Un abrazo
ResponderEliminarSin duda alguna, los encuentros pueden suceder todo el tiempo cuando se puede viajar a través de él. Gracias, Nuria.
EliminarUn beso dulce.