jueves, abril 14, 2011

Tu orgullo.

Tenías el aire descuidado de un viento otoñal reflejado en tu pelo, lo primero que captó mi atención, largo y ondulado, traviesamente descolgándose por tus hombros y terminando cerca de tus pechos. Esos pechos que se dibujaban bajo tu blusa y que se fueron convirtiendo en mi objeto de deseo, los mismos que en "casuales" roces me fuiste dejando conocer. Tu ropa no era impedimento para  poder sentirlos y para que tú sintieras.


Lo sabías, lo supiste desde aquel momento en que con algo de atrevimiento te pregunté si podía tocarlos y te ruborizaste ante mi petición. No me permitiste hacerlo, pero poco a poco me fuiste dejando llegar a ellos. Solías decir que eran tu orgullo y parecía ser suficiente para ti, que tu excitación creciera de sólo saber cuánto quería acariciarlos. En tantas conversaciones cómplices, tus pezones silenciosos se endurecían bajo tu ropa ante mi abierta admiración por tus pechos. Y sólo tú lo sabías.

Tu pelo era sólo el dócil  camino a recorrer para llegar a ellos. 

miércoles, abril 13, 2011

Esperándote.

Y todo comienzo tiene algo de prisa, 
algo de ansia,
no darle tiempo a la espera
y emprender el viaje hasta el final.
Atento a la sorpresa y a lo inesperado,
deseoso de encontrarte, de sentirte,
de oír tu agitación.
De tenerte...
 
 
 

martes, abril 12, 2011

El comienzo.

Voy a aventurarme,
suelo escribir libremente lo que podrían llamarse poemas
aunque nunca he escrito un relato, un cuento o algo extenso.
Tan sólo escribo lo que siento,
así es que si vienes, solamente dame tu mano,
déjate llevar, respira y siente
llénate de las palabras,
déjame hacerte sentir,
déjate mimar en este lugar
que yo escribo para ti.
Y si ha sido de tu agrado
házmelo saber con un susurro al oído.