Si supieras lo que sueño
abrazado al calor de los pensamientos
balanceándome al borde de la penumbra
rozando la caída a tientas,
inmolando mi aliento
ante tu nombre en mis labios.
Si sintieras mi interior
convulso por el deseo
obnubilado de tu imagen que me alumbra
monopolizando cada sensación,
oleaje vertiginoso,
devenir de mi exaltación,
urdimbre de huracanes
en el sin rumbo por el que me lleva
la voz que me incita.
Eco incesante en el movimiento
nervado de mis caderas
osadas por desafiar al tacto
tras la inercia que se impone
expulsando lo incontenible,
níveo rastro esparcido
entre espasmos que arden,
relente y mácula,
lava que en mis manos se vuelve