viernes, enero 31, 2020

El Baile por Mujer Virtual II ....

La puerta del Salón se cierra, dentro quedan los secretos
de las noches de fiesta, y los susurros que reverberan en Mis Dominios.
Las invitadas llegaron, algunas perdieron el camino, 
otras se perdieron en las laberínticas habitaciones.

Junto con lucir la participación de Mujer Virtual,
también vuelvo a agradecer a todas quienes asistieron 
y dieron vida a mi Baile aportando su magia.

Gracias Mujer Virtual por llegar a la fiesta y dar cierre al Baile.

Besos dulces. 

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Noche interminable

" Te veo mañana "
" ¿ Por qué no hoy ? "
" ¡ Mañana ! "

Lo vi asentir mientras lo recorría con la mirada. Quería disfrutar la espera, como esa euforia que, cuando sabes que está a punto de llegar, la detienes.

Lo observé por última vez antes del martes. Tenía el cabello castaño y revuelto, las manos largas y fuertes, la mirada interrogante, una leve sonrisa perturbadora, me hacía creer que tenía el mando, era peligroso y lo sabía.
Esa noche intenté dormir con su nombre dando vueltas en mi lengua y su imagen alborotando mis pensamientos.

La noche de martes, la última del año cayó lentamente, me puse un vestido largo, negro y con detalles en encaje, zapatillas de punta de cielo, el cabello alborotado en un medio recogido.
Llegué tarde, me abrazaste intentando calmar el ritmo acelerado de mi pulso.

El castillo estaba iluminado con luces tenues, el pulso se armonizaba con la melodía que envolvía el ambiente, el sonido era hondo, estremecedor, como si brotaran del recinto las notas musicales.

Te vi sonreírme, te vi departir con júbilo entre tantas invitadas, música, vino, damas cinceladas en delicado antifaz, noche interminable, ardiendo en la oscuridad e incrustándose en mi pecho.

Con un poco de retraso
Gracias, Dulce, por tan cálida invitación

jueves, enero 30, 2020

El Baile por Marina III ....

Otra de mis tradicionales invitadas es Marina
esta vez llegó volando como toda Bruja que se precie
y fue parte nuevamente de la magia en el Salón.

Muchas gracias Marina por no faltar en mi Baile.

BdG
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El Baile




    Invitar a una Bruja al baile de máscaras, tiene sus riesgos. Pero la noche mágica del baile de Dulce, todo era armonía y color, música y sentimiento. Decidí llevar al baile a la Bruja Buena, aunque díscola y juguetona.

    Entré volando en el salón por encima de todas las cabezas. Las divinas máscaras me miraron sorprendidas y alborotadas. El anfitrión sonreía divertido y comenzó el baile.

    Los vuelos de faldas y melenas competían con el brillo de las flores de tocados y guirnaldas. Me senté en lo alto de la enorme escalinata de mármol y al guiño concertado, todo se iluminó.



miércoles, enero 29, 2020

El Baile por Eva Stone ...

Ya casi se van acallando los ecos del Baile,
no sin antes agradecer el susurro de Eva Stone
 y su primera vez en el Salón.

Gracias Eva por querer participar y hacerlo de esta manera.

Besos dulces.
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El baile de Dulce



      Imagina que estás pasando unas movidas tremendas en tu familia estas Navidades y que no tienes ganas de mucho... 
      Imagina que estás pendiente de ciertos asuntos que no te dejan dormir...
      Imagina  también que, sin esperarlo, recibes una invitación  muy interesante a un baile de fin de año mítico...y decides ir...

... ... ... ... ... ... ... ...

      Pues sí,  así llegué.. Me había puesto mi vestido largo rojo, ese que tiene un escote de vértigo en la espalda que deja asomar la línea prohibida del deseo... y, como es mi costumbre en Fin de Año, no llevaba ropa interior.  Desde hace mucho tiempo tengo la certeza de que hay que cambiar de año sin ella....

       No conocía ni reconocía a nadie, las máscaras dejaban entrever las miradas, pero nada más. Todo el mundo sonreía...  La luz era tenue  y  unas velas estratégicamente colocadas alimentaban la fantasía.  Sonaba una música inquietante y envolvente...
     
        Había cogido una copa de champán para irme entonando y alguien me tocó el hombro por la espalda. 
           -  ¿ Bailas?- susurró en mi oído una voz pausada y grave.  
   
                          


         No me dio tiempo a contestar. Aquel hombre me agarró firmemente por la cintura y dejé como pude mi copa en una mesa... Su manos eran suaves, pero fuertes; sus labios carnosos y exquisitamente provocadores. Se movía con la facilidad de un bailarín experimentado y me hacía moverme como si yo también lo fuera... Sus manos recorrían mi espalda hasta quedarse en el lugar exacto, en el límite de la ambrosía; su boca quedaba siempre a una distancia perfecta de mis labios entreabiertos. Nuestras almas conectaron en ese instante y también nuestras miradas a través de las máscaras... Olía a un perfume dulce y embriagador, que aún llevo impregnado en mi vestido... Por un instante, mis labios rozaron levemente los suyos. Fueron unos minutos fascinantes, con el misterio colándose por las rendijas del corazón  palpitante y la humedad creciendo asilvestrada bajo la ropa... 
        
       Terminó la canción y él siguió bailando... con otras. Yo también lo hice. Ya no importaba nada. Nunca olvidaré ese baile...
                         
                              ¡ Gracias por la invitación, Dulce!

© Eva Stone