Devocionario.

Desde el devocionario

que esgrime su lengua

va hilando en los labios

vocablos de alabanza

que ensalzan

y proclaman mi nombre.

Por la húmeda suavidad

de la corola de mi estambre

perfila y ondula

bordeando crecidos relieves

desde la candente hondura

hacia el norte que apunta

con magnético pulso.

Quedo es el ascenso

por la vena henchida

que conduce al punto de fuga

y en eléctrica descarga

libera el derrame

oleoso, crudo, dulce.

Julieta.

Y allí estaba yo, contemplándola bajo la luz que iluminaba tenuemente su rostro perfecto, y el carmín de sus labios tan bien delineados que me hablaba de cuanto le gustaba seducir. Hasta parecía sonreírme cada tanto como si leyera mis pensamientos en los que imaginaba besarla.

La lividez de su cuerpo me parecía un lienzo de seda, mi mano así lo comprobaba al acariciarla. Hasta que me detuve por unos minutos para tan solo observarla, dormía del todo o soñaba?, para mí palpitaba de vida.

Recuerdo la última vez, el mes de julio del verano anterior, cuando no aceptó mi invitación, para ella un forense no era un hombre de interés. Es curioso como la vida nos prepara encuentros inesperados, sus pupilas completamente dilatadas reflejaban mi asombro ante ella.

Miré la etiqueta con su nombre una vez más, casi sin creerlo, y antes de cubrirla besé el néctar de su boca...

Dulces sueños Julieta.

© DUlCE

Microrrelato que forma parte de la propuesta "Calendario (De verano)"

para el blog "Paraíso de Letras" de Ginebra Blonde.

También publicado en "Lovely Bloggers" bajo etiqueta © DUlCE.

Urdimbre. (Dueto con Dafne)

Hoy vuelvo a presentar un nuevo dueto,
en esta ocasión junto a Dafne Sinedie
que me ha brindado el privilegio de crear juntos
este poema conformado por tres tankas.

Mi gratitud Dafne por aceptar mi invitación 
y el agrado de escribir contigo.

Dulces besos para ti.

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"URDIMBRE"

Es este ardor

que nos vuelve urdimbre

de hilo azul

ya que son nuestras almas

presas de viva pasión.

Juntos tejemos

sonrisas y gemidos

entrelazados

como sierpes febriles

en un lienzo de amor.

Los labios claman

al cuerpo que trepana

que no haya fin

y así transformarnos

del fuego al diluvio.

© Dafne + Dulce