Desde el devocionario
que esgrime su lengua
va hilando en los labios
vocablos de alabanza
que ensalzan
y proclaman mi nombre.
Por la húmeda suavidad
de la corola de mi estambre
perfila y ondula
bordeando crecidos relieves
desde la candente hondura
hacia el norte que apunta
con magnético pulso.
Quedo es el ascenso
por la vena henchida
que conduce al punto de fuga
y en eléctrica descarga
libera el derrame