Dispuesta a confesarse
al Vampiro enfrentó
quien le ofreció una dulce manzana
y volviose ella la tentación
encarnando a una súcubo
que todo secreto desnudó.
- © DUlCE -
Mi Gratitud Dafne.
Dulces besos de turrón de vino.
Su carta elegida fue ...
EL BAILE DE FIN DE AÑO 2023
Tras un año más intercambiando numerosas cartas con mi amigo Dulce, leyendo nuestros poemas y relatos, esperaba con ilusión su invitación para su famoso Baile de Fin de Año.
El Baile del año pasado había sido espectacular, ¡prácticamente imposible de superar!Así que para cambiar un poco de estilo, esta vez elegí el siguiente conjunto: Un traje de terciopelo rojo perfectamente entallado a mi figura y una camiseta de cuello alto dorada. De calzado, zapatos de plataforma negros que serían la envidia de cualquier Bratz. Me cepillé el cabello, largo y liso, hasta que quedó reluciente, y me maquillé con cuidado; los ojos azules perfectamente delineados, los labios rojo como la sangre. La máscara con forma de murciélago fue el detalle definitivo.A la hora acordada llegó el cochero. Me envolví en un abrigo negro, de piel de zorro, saqué del frigorífico la caja que contenía el regalo para mi anfitrión y bajé a la calle. Mis dos amigos Relámpago y Trueno relincharon con alegría. Les saludé con un par de caricias y alguna golosina. Seguidamente el cochero me ayudó a subir al carruaje y cerró la portezuela. Oí cómo se situaba al frente, cogía de nuevo las bridas, decía los nombres de los animales y el carro se puso en marcha.Presencié cómo abandonábamos la ciudad a través de las cortinas de las ventanillas y el viaje se me pasó volando mientras atravesábamos un bosque cada vez más espeso. Siempre ocurría igual, como si viajase de la realidad a un mundo de fantasía.Antes de las diez llegamos a la impresionante fortaleza de piedra. El corazón me dio un vuelco por la emoción al comprobar que en la entrada ya había aparcados otros carros.El cochero me ayudó a bajar del carruaje. Los leones de la entrada me dieron la bienvenida y le enseñé mi invitación a uno de los porteros. Al igual que los años anteriores, me dejaron pasar con un asentimiento y me desearon una feliz velada.Guardé mi abrigo en un ropero en la entrada y pedí que llevasen a Dulce mi regalo. Ya conocía el camino hasta el salón principal.
La pista de baile me trasladó a los años 80s, con su bola de discoteca reflejando destellos violetas en todas las direcciones, como si Dulce hubiera sido capaz de atrapar la Luna en su castillo.En las mesas circundantes pude encontrar manjares de todas las partes del mundo; empanadillas exquisitamente rellenas, asados, sushi, ramen, ensaladas... ¡Ni qué decir de las bebidas!También pasé largo rato charlando con Mag, María, Cora, Campirela, Ginebra, Flor... Era como un hechizo: una vez al año, podía coincidir en el espacio y en el tiempo con mis maravillosas amistades bloggeras. Poco tiempo después Dulce nos dio la bienvenida junto con su acompañante de siempre: un enorme león.Este año, nos propuso un juego de cartas...
¿Jugamos?
Mil gracias por la invitación, Dulce.
¡Feliz y próspero año 2024!